El tiempo se detuvo a las seis de la tarde, no avanzó, se ancló para torturarme de nuevo.

Ahí estaba yo, entre dinero y computadoras, entre compradores compulsivos y estrategias de ventas.

Era una máquina por fuera y un tsunami por dentro.

La hora de salida al fin llegó, en casa todo quedó como lo dejaste.

Con réplicas de aquel desastre natural que trajo tu presencia.

La cama desarreglada, la ropa tirada…la estabilidad supo soportar unas semanas en mi cabeza.

Y Me esperaba la bruja con sus cartas, dándome esperanzas y exigiendome respeto por mi misma.

Un tiempo…ese que necesito para recolectar los pedazos de  corazón.

Un límite para poder continuar con mi vida.

Mientras tanto pensaba…lo logró otra vez, acá estoy, pensando en el.

Ya son las doce de la noche, pero yo sigo perdida en la tensa calma.

La cama sigue igual, no me atrevi a mover nada.

¿Son ruinas de una historia que terminó.?

Continuará….