Sus ronroneos me ayudaron a dormir
Ya no desconfío del reloj.
Su libertad me enseñó a amar.
Sin ataduras, en libertad.
Su presencia me hace recordar.
Que no estoy sola en este mundo de maldad.
Sus juegos me conectan con mi niñez,
Su fragilidad me conecta con esa mujer.
Su templanza me enseña a esperar,
Tranquila ver la vida pasar.
Sus mimos inesperados
Me hacen entender.
Que no hay que pensar demasiado para querer.
Es ahora cuando hay que saber.
Que ellos son ángeles
Que nos enseñan a crecer.