Nada fue igual después del 21 de marzo.
La tristeza que creía conocer ni se acercaba a la que hoy corta en pedazos mi piel.
Duermo temprano porque no hay mensajes que leer.
Inundo mi casa de lágrimas porque no hay nada en que creer.
La cotidianidad es una cachetada a mi mediocridad.
Me hundo en el reloj para apurarlo.
Aunque el tiempo no tenga ningún sentido.
Respiro nostalgia por donde camino.
Noches largas de amores perdidos.
Prendo una vela a tu foto en mi living.
Mientras te miro y se rompe mi corazón.
Te pido por favor quédate conmigo.
Háblame en sueños y haceme mimos.
No quiero olvidar tu voz, quisiera irme con vos.
Voy por la cornisa sin mirar al frente.
Te necesito conmigo.
Hoy y siempre.
Dedicado a María Cristina Pereira.
Mi abuela quien falleció el sábado 17 de abril por covid.