Este poema está inspirado en la estética de los dos primeros poemarios de Alfonsina Storni: La inquietud del rosal (1916) y El dulce daño (1918).

 

El viento deshojó

Una flor de jazmín celeste

Rodaron sus pétalos sobre mí

Esparcieron sus escamas frescas

Por el aire del celeste jardín.

La luz se filtró entre las ramas

La claridad de la tarde me cegó

Pero temprano el sol

Ya no alcanza ningún rincón.

No hay clima más propicio

Para un poema

Que el momento

En el que la melancolía

Se encuentra con la belleza

Flechando de ternura la desdicha

Entretejiendo oníricos retazos de fe

Vos sabías mucho de eso

Y entonces acá estoy

Desglosando mi ser

Para intentar escribirte una poesía:

El mar besa tu sien

Que imagino adornada

Con coronas de flores

Llueven perlas por tus ojos

Y se funden con la espuma nívea

Tu voz inaudita

Halaga el canto de las sirenas

Las rosas crueles

Se quedaron a vivir en tu piel

Lastiman con sus espinas

El fondo arenoso del mar

La escollera hurtó tu calzado

Tus pestañas acarician el oleaje

Peina tus cabellos de plata

El céfiro del mar

Tus ojos tienen el color del océano

Profundo y desconocido

El misterio te rodea

El presagio de tu fin vivió en tu poesía

Arde tenazmente el fuego de tu corazón

Tu alma es una diminuta campana de cristal

Tus nervios alas frágiles de libélula

Quebrando de a poco las pequeñas ligas

Que te sostienen a este mundo

A tu alrededor todo es sutil y etéreo

Todos se mueven de puntillas

Para no destapar el ruido

Por miedo a despertarte

Alfonsina está dormida…

Tus amigos te envolvieron

En abrazos de seda

Te escribieron canciones y poemas

Sí,

Yo también le escribí un poema a Alfonsina

Te leo y siento

Que nada nos pertenece

Que todo es efímero

Hay una cuota de espejismo

En todo esto que temo.

Creo que de vos aprendí

Como se vería el más allá

Con tu mirada primaveral

Que embellece las cosas sin tocarlas

Las envuelve en una tristeza dulce

Que llena los vacíos

Sí,

Yo también le escribí un poema a Alfonsina

Tu convulsionada vida

Tus ideas a cuestas

A la vanguardia de la batalla

En un mundo que no te comprende

Escapando

Escapando de tu casa

Escapando de un colegio de maestros

Cantando y actuando para sobrevivir

Escapando del abandono

De un hombre casado

Asumiendo la maternidad en soledad

Enfrentando

Rebelándote contra los arquetipos

Peleándole el trabajo a los hombres

Reclamando igualdad material y simbólica

Escribiendo con picardía y sarcasmo

Creciendo entre las grietas de aquella sociedad

Como las flores que crecen entre los adoquines

¿Cómo podrías si no más

Que tener una muerte poética?

¿Cómo podrías si no más

Que perdurar eternamente entre nosotros

A través de tu indomable espíritu

A través de tu inexpugnable poesía?

Sí,

Yo también te escribí un poema Alfonsina.