Mira gozando, sintiendo el placer brotarle por cada poro. El saber que es necesario, el poder… El semblante que se ideó, tan rígido y lleno de cinismo.
Pagando plato roto ajeno, cargando con un juego familiar en la espalda… Doblándose, retorciéndose, agonizando en silencio sin entenderlo… Gritando las señales, pero ahogándose en intentos.
No habrá ninguna pizca de satisfacción sin antes entender el dolor de la ausencia.
No habrá recompensa que le sea equivalente. No se puede contener la Luna en la mano.
El quemarse viva, estar en llamas… No podrás hasta que pierdas lo suficiente.
Gana quien se desnude primero, sin miedo al vacío y a la exposición. Se trata de no tener nada para justamente tenerlo todo.
Precios altos, esperanzas bajas. Caminar sin frenar automatizados y sumidos en la densidad del desinterés, en la densidad de la ignorancia.
Eterna cadena que nadie quiere romper.
Xavier, L.