El frío estremecía ya sus cuerpos, mientras que con un cigarro en su mano, pensaba, – a nosotros lo que siempre nos ha matado fue el mañana y los días de verano -.

Por eso quizás aún tengo miedo tenerte delante mío, porque en cuanto me descuido me atropella algún recuerdo.

El frío congelaba los corazones en alguna habitación lejana, mientras los rostros se quedaban sin sonrisas por el frío despertar de nuestra despedida, dejando también aquellos besos debajo de las almohadas.

Un bondi sin destino, 

una calle sin salida,

una caminata infinita,

una palabra que aún palpita.

Pero hoy mi cuerpo se estremece con un simple verso que entristece, como una voz que habla sola y en silencio.

Con un lápiz en mano y el viento entrando por la ventana en este frío inicio de mes, te extraña tanto com esta fria estación de otoño.

Autor: Nicolás.