Vivencia cerrada y negada al miedo del crecimiento álmico, que asfixia queriendo sin querer. La razón que predomina completamente hostil en un terreno tan puro, mientras que dicha pureza prevalece rasguñada sosteniendo… Siempre sosteniendo.

¿De afuera hacia adentro, o de adentro hacia afuera? Inamovible permanecemos, pensando en que no se corresponde en sentido, mas sí en dirección… ¿Entonces? ¿Qué hacemos? ¿De izquierda a derecha, o, de derecha a izquierda? 

Que tu piel recuerde cada momento en el que se contrajo en aquella historia que supo ser increíble, que supo ser un sueño vívido. Que tus vísceras recreen tal cual disco rayado dónde volver, dónde quedarse, y de dónde irse. Que cada osamenta que te conforma sepa soldar, hacer callo.

En espiral me reconstruyo, acompañada de los mil aromas que me traen los recuerdos de las fiestas decembrinas. La esencia de la arena se mezcla junto a la desesperación, conspirando junto con la permanencia, convirtiéndose de manera totalmente irreprimible en un desdoblamiento continuo. 

Me retuerzo en incertidumbres fantasmales, íntegramente ideadas para que la represión surja cómo aquellas olas que supimos subyugar, y ponga en duda cada paso por más pequeño que sea. 

Sumida en búsquedas que a su vez buscan lo qué buscar. 

Xavier, L.