sentí el peso de la vida en ojos ajenos penetrarme

y mis piernas abrirse para luego parir la angustia engendrada

camine arrastrándola de su cordón umbilical aún sin cortar

y después la aplaste como a un insecto

pulgar contra cemento

la vi explotar y salpicar todo a su alrededor

no pude evitar reírme

retorcerme en el piso a carcajadas

después lloré.