El último beso que le di a mi abuelo, ese maravilloso día
de su primera y última despedida, acá
en este mapa o panorama o
pinturita que es mi vida, desapareció probablemente
antes de los veinte o treinta días, promedio,
que tardan en ser reemplazadas las células epidérmicas de la piel.
¿Alguien sabe qué sucede con las células después del Ayer?
Extrañamente, sus ojos mirando a los míos, primera
y última vez ,
perdurarán el resto de mis días. E inclusive aún
si me desapareciera o
finalmente me esparciera en
nuestro profundo templo,
el gran secreto, lo silencioso
de nuestra vida compartida
existirá por siempre en el universo que ambos dos
supimos crear y que
de vez en cuando se me aparece como
pequeña estrellita que
confundo con el olor o con el
color del poder visual que tiene
una sola flor de manzanilla; Aunque}
ya nadie, nada, lo percibiera,
yo se que está fijado en el
cielo que es tan
privado, tan personal, tan
terrenal de nuestra vida.
En esta casa
las historias solían ser
para quienes se iban.
Y yo quería escribir algo
sobre lo que todavía está.
sobre Lo que todavía queda.
Bahía Blanca