Literatura

Nana

El último beso que le di a mi abuelo, ese maravilloso día

de su primera y última despedida, acá

en este mapa o panorama o 

pinturita que es mi vida, desapareció probablemente

antes de los veinte o treinta días, promedio,

que tardan en ser reemplazadas las células epidérmicas de la piel. 

¿Alguien sabe qué sucede con las células después del Ayer?

Extrañamente, sus ojos mirando a los míos, primera

y última vez , 

perdurarán el resto de mis días. E inclusive aún 

si me desapareciera o 

finalmente me esparciera en 

nuestro profundo templo,

el gran secreto, lo silencioso 

de nuestra vida compartida 

existirá por siempre en el universo que ambos dos

supimos crear y que 

de vez en cuando se me aparece como 

pequeña estrellita que

confundo con el olor o con el 

color del poder visual que tiene

una sola flor de manzanilla; Aunque}

ya nadie, nada, lo percibiera, 

yo se que está fijado en el 

cielo que es tan

privado, tan personal, tan 

terrenal de nuestra vida. 

En esta casa 

las historias solían ser 

para quienes se iban. 

Y yo quería escribir algo 

sobre lo que todavía está. 

sobre Lo que todavía queda. 

Lorena Valderrama

Bahía Blanca

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