Dentro de los mejores libros publicados en 2021 se encuentra, en mi opinión, «Peronismo para la juventud» de Natalí Incaminato.
Natalí es muchas cosas: es profesora y doctora en Letras de la gran Universidad Nacional de la Plata, tiene una columna cultural en el programa radial «El Hecho Maldito» de Futuröck, comenta sobre distintos temas de filosofía, literatura y política en su canal de Youtube.
Pero no sólo es eso. Además de todo lo increíble que crea y genera, es también una querídisima usuaria (polémica para algunos) de Twitter, conocida por muchísima gente como La Inca.
No hago esta introducción sin una razón. Me parece muy importante conocer todos estos datos sobre ella para entender el porqué de su obra. No es un viejo de la elite porteña que habla sobre peronismo desde un lugar alejadísimo del movimiento. Y esto parece molestarles a más de uno.
La Inca interpela. Se aleja de una pedantería clásica de quienes hablan generalmente de historia y política argentina. Se nota una intención de difundir el conocimiento desde otro lugar, desde la sencillez y la risa, para que nadie quede afuera. Y ahí entran en juego todos esos espacios donde está: la academia, la radio e internet.
Bien, vamos con «Peronismo para la juventud»: no sé cómo definirlo en pocas palabras. Es un delirio. Pasé por todos los estados de ánimos al leerlo: desde la risa hasta la incertidumbre, desde la ternura hasta la risa otra vez. Porque eso nunca va a faltar en este ensayo, el humor.
Justamente comienza con una cita de Jauretche: «Algo para el humor fácil, y como todo humor, hijo de una amargura encubierta por la risa». No es un humor pasivo sino todo lo contrario. Es polemizar la historia argentina, los estereotipos literarios peronistas, los sujetos políticos y ponerlos en el tamiz de lo absurdo, de la gracia, para entenderlo desde otra perspectiva.
Un ejemplo de esto es el diálogo que tiene La Inca con un difunto Borges en el más allá. Una escena comiquísima donde la autora le pregunta el porqué de su antiperonismo, que termina con una reflexión comparando el gorilismo de antes y el de hoy.
Sin embargo, el querido Jorge no es el único en ser abordado por ella. Ezequiel Martinez Estrada es descrito como «el pospunk en este grupo de homínidos» y plantea que «durante años estuvo postrado en su casa de Bahía Blanca flasheando Gregorio Samsa, escuchando The Cure y, en un rapto de idishemamismo delirante, ha dicho que estaba enfermo de su país. ¿Quién cargaba con la culpa de la hipocondría patriótica de Ezequiel? El peronismo, por supuesto».
Siento que todo el tiempo hay una tensión presente entre la gracia y el espanto. En una primera parte, irónica e incisiva, recorre la literatura argentina del siglo XX para entender ese odio que parece natural en el antiperonismo. A partir de las burlas a estos autores, entendemos el entramado ideológico que hay detrás de ciertos comentarios aporofóbicos y racistas que se siguen reproduciendo hoy en día. Y si bien se ríe de ellos, no deja de reconocer con cierta preocupación el impacto y la fuerza de esas imágenes que perduran.
Y sin embargo, hay momentos de seriedad explícita. Es como un viaje de jolgorio que en algún tiempo es necesario que descanse. La mandíbula no da más de sonreir, la garganta está seca de lanzar todas las carcajadas. Es que llevamos cinco capítulos hablando sobre el comienzo del peronismo, representaciones en la literatura, el gorilismo de antes y de hoy. El barco empieza a parar en «Tanatología peronista: cuerpos y funerales» y complemente se detiene en la orilla de «Mujeres en el peronismo».
«Por un rato abandonaremos la diatriba y las burlas que venimos arrojando en esta sátira menipea del antiperonismo»
Aquí específicamente me refería cuando hablaba de ternura. El capítulo seis del libro está dedicado a dos mujeres peronistas fundamentales: Eva y Cristina. Las dos visiones que hace La Inca son imperdibles.
La biografía que traza de ambas, las imágenes que surgen a través de sus figuras, la relación que hace con el feminismo y el movimiento LGBT son lo más interesante que leí en años. Están escritas con un amor y cariño que hace que sea imposible no movilizarse.
Además se pone en la mesa toda una discusión reciente dentro del peronismo y que está relacionada justamente a la juventud peronista, que es el rol de estos dos movimientos. Pienso en las últimas elecciones, en el discurso del morenismo, en el peronómetro de los más conservadores y cómo el libro refuta todos estos planteos en contra de la justicia social.
Porque en conclusión, eso es lo que más rescato de «Peronismo para la juventud», y que tiene que ver con su dedicatoria:
«A la juventud que sostiene la bandera de la justicia social.
A quienes no la traicionaron»
Rescato un libro que tiene un objetivo muy claro: pensar dónde estamos hoy en día, cuáles son nuestras fuerzas y nuestras debilidades, cómo pensar un mundo mejor para todos, todas y todes a partir de lo que ya construimos y de lo que falta por construir, con militancia y comprensión de nuestra historia.
En reestructuración.