¿quién estará
del otro lado?
¿quién será capaz
de atravesar esa luz
sin quemarse antes?
alguien pregunta
si puede llevarse
al ángel que ve
como si fuera
una muñeca
otra persona
le murmura que sí:
todo lo que resista
el fuego.
yo me quedo quieto
esperando lo que sea.
somos unos cuantos ya.
si nos juntan
podríamos ser
una nube.
¿quién estará
del otro lado?
¿quién besará
nuestras mejillas
cuando entremos
por la puerta?
todos preguntan
si duele atravesar
la luz.
nadie parece acordarse
de la respuesta.
alguien se queja:
tiene que haber
algún otro lado
que sea mejor
que este lado.
y sí
pienso.
pero esa luz
es imposible
de atravesar
sin volverse
nada.
ese fuego
no es para todos.
hay que tenerle miedo
después respeto
y por último
veneración.
¿vos porqué venís?
me pregunta el obispo
que se sienta al lado mío.
igual que todos,
me imagino.
le digo.
igual que todos,
repite.
quedamos en silencio
y le pregunto yo:
¿quién estará
del otro lado?
supongo que Dios,
me dice.
supongo que sí,
me niego.
me pregunto
si estará esa voz
que me acompaña
desde que nací.
si tendré
el mismo nombre
que me dieron
este lado.
y si podré ser
aquél nombre nuevo
que me asignen.
en francés
mi nombre
quiere decir
pesado
resistente.
creo que lo representé
bastante bien acá.
pero allá
es otra cosa.
allá no sé
quién va a estar
esperándonos
para nombrarnos
y preguntarnos
cómo estuvo
nuestro día.
toda una vida
para no saber
nada de nada.
¿quién estará
del otro lado?
alguien me llama
por el parlante.
es hora de la verdad.
En reestructuración.