Ayer te enteraste
entre susurros en la sala parlante
que en una semana parto
al otro lado del mundo
Ayer te enteraste
entre palabra y palabra
que todo lo que alguna vez te dije
no eran solo fantasías
Sé que siempre pensaste
que era una soñadora
que todo lo que planeaba
iba a quedar plasmado en papel,
arrugado y guardado en un cajón
mientras continuaba mi vida en bahía
entre delantales y almohadones de algodón
Me dijeron mis amigos
que tu cara fue de sorpresa,
aunque yo creo que fue de bronca,
de saber que ahora soy feliz
y vos no sos la razón
Por eso hoy a la tarde
cuando abrí el celular,
encontré tus mensajes
de un número sin bloquear
Con mucha pena los abrí,
pensando qué querrías decir:
una carta de once páginas,
de las cuales cuatro eran perdones
Me parece que no entendés
que ya no necesito tus disculpas,
ya me olvidé de vos
Ya olvidé tus ojos marrones,
y la forma en que se marcaban las arrugas
sobre tus párpados cada vez que me mentías;
olvidé tus palabras puntiagudas
cuando hacía algo que no querías;
olvidé tu forma de compararme
con cada persona con la que habías estado
Lo que no olvidé jamás
es cómo te creías invencible
y ahora, tres años después
de que te dejé en san valentín
me seguís escribiendo,
aunque yo ya no estoy ahí
Cuando no puedo decirlo, escribo.