Los días son cada vez más repetitivos

como una película con su cinta rota

como mis poemas

y como las metáforas

tan vanas

tan lejanas a mí,

como mis promesas enredándose con la marea

y empapadas por la eterna tormenta de mi triste vida gris.

Despierto

se me escapan un par de lágrimas

sin darme cuenta

sin que yo quiera;

leo poemas que desearía haber escrito

dudo de mí misma

nuevamente caigo en el abismo de mi autoexigencia

me miro en el espejo

y recito falsas esperanzas

me digo a mí misma que yo puedo

cuando hace tiempo que acepté que me rendí

cuando hace tiempo que acepté que me morí.

Me gusta fantasear con la absolución

me convenzo a mí misma que no es mi culpa

que sólo estoy rota

y que ya es demasiado tarde

para que alguien pueda arreglarme

pero cuando te veo, amor

genuinamente creo en la salvación

en la liberación de mi alma

con la serenidad de tu corazón.

No pido que me arregles

mucho menos que juntes mis piezas

sólo deseo un espacio en tu cama

y que me abraces hasta desarmarme

y que me ames

sólo deseo

que me ames.