la luna menguaba anoche
y sin embargo no pudo ser
una imperceptible mitad
estaba gigante y obligatoria
esmaltando todo el abajo
y yo también estaba abajo
suplicando una noche más
después del beso oscuro
que se termina durmiendo
antes que mis mil ojos
los que ves y los que no
los que ven y los que no
mis ojos estaban abajo
y de la luna bebieron
una clara copa discreta
que se rompió hasta
sangrar un sacrificio
que concede un deseo
El poeta es un fingidor.