De la oscuridad nace la luz

Las noches oscuras

En donde tenés 

La mente en quiebra

Momentos de locura

Tartamudeas sin ayuda

Lloras con ojos ciegos

Ciegos por la lágrimas que brotas,

Son situaciones,

Donde el ser crece,

De la oscuridad del alma

Sale la más linda luz,

No mañana,

Ni después de mañana,

No te das cuenta cuándo cambia,

Pero lo notas en el momento

Que pensás por demás

Y te das cuenta

Que tu cabeza,

Lo ha logrado,

Tus pensamientos clarificados

Mirás para atrás, y sí

Has tocado el fondo,

Pero te has reivindicado

Pero,

¿Cuántas noches tendré que aguantar?

Lo único que logro

Es estas creaciones esbozar

Y lo hago sin cuestionar

¿Suena bien? ¿O suena mal?

Alguien lo interpretará

Como yo interpreto

Aquellas noches

Que parecen sufrimiento eterno

Pero que enseñanzas dejaron 

Marcas en mi cuerpo,

Lleno de cicatrices por dentro,

Y ahí comprendí

Que sin oscuridad no existe luz

Porque un ser muy distinto sería

Si hubiese ignorado

Esos apagones que tanto me han hecho pensar

Que se me acercaba el final.

2 comentarios en “De la oscuridad nace la luz”

  1. En la certeza de mi reivindicación también lloré. La inequívoca presencia de la luz me aterraba como el dolor lo había hecho durante tanto tiempo; la claridad que manaba de las grietas de mi ser quebrantado también escocía. Yo nunca pude dejar de llorar por las cosas: por su nimiedad o por su magnitud asombrosa, por su calidez o su frialdad, por su origen en el silencio o su existencia estruendosa. Yo nunca pude dejar de preguntarme si todo había valido la pena. Y quizás, leyéndote ahora, advierta que realmente no importa. Hay una suerte de verdad absoluta encerrada en eso de que sin oscuridad no hay luz (llamémoslo una ley indiscutible de la naturaleza) y me obsequia una sensación de paz entre el ruido de una ciudad enorme y una mudanza reciente. Gracias, Matias.

    1. Leyéndote agradezco mucho tu devolución, es importante para mí verlo desde perspectivas imposibles a la mía, perspectiva de alguien que no sea de mi idea. Tanto las cosas enormes como las que no lo son tanto, en estas noches, afectan con la misma magnitud y se miden de misma forma, como si no hubiese discriminación al dolor interno. Espero de corazón y con esperanza que todo se vuelva más ameno, y gracias a vos, por compartirme tu reflexión, esperemos que las noches sean de a poco, menos oscuras

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