Las noches oscuras
En donde tenés
La mente en quiebra
Momentos de locura
Tartamudeas sin ayuda
Lloras con ojos ciegos
Ciegos por la lágrimas que brotas,
Son situaciones,
Donde el ser crece,
De la oscuridad del alma
Sale la más linda luz,
No mañana,
Ni después de mañana,
No te das cuenta cuándo cambia,
Pero lo notas en el momento
Que pensás por demás
Y te das cuenta
Que tu cabeza,
Lo ha logrado,
Tus pensamientos clarificados
Mirás para atrás, y sí
Has tocado el fondo,
Pero te has reivindicado
Pero,
¿Cuántas noches tendré que aguantar?
Lo único que logro
Es estas creaciones esbozar
Y lo hago sin cuestionar
¿Suena bien? ¿O suena mal?
Alguien lo interpretará
Como yo interpreto
Aquellas noches
Que parecen sufrimiento eterno
Pero que enseñanzas dejaron
Marcas en mi cuerpo,
Lleno de cicatrices por dentro,
Y ahí comprendí
Que sin oscuridad no existe luz
Porque un ser muy distinto sería
Si hubiese ignorado
Esos apagones que tanto me han hecho pensar
Que se me acercaba el final.
No escribo por escribir.
En la certeza de mi reivindicación también lloré. La inequívoca presencia de la luz me aterraba como el dolor lo había hecho durante tanto tiempo; la claridad que manaba de las grietas de mi ser quebrantado también escocía. Yo nunca pude dejar de llorar por las cosas: por su nimiedad o por su magnitud asombrosa, por su calidez o su frialdad, por su origen en el silencio o su existencia estruendosa. Yo nunca pude dejar de preguntarme si todo había valido la pena. Y quizás, leyéndote ahora, advierta que realmente no importa. Hay una suerte de verdad absoluta encerrada en eso de que sin oscuridad no hay luz (llamémoslo una ley indiscutible de la naturaleza) y me obsequia una sensación de paz entre el ruido de una ciudad enorme y una mudanza reciente. Gracias, Matias.
Leyéndote agradezco mucho tu devolución, es importante para mí verlo desde perspectivas imposibles a la mía, perspectiva de alguien que no sea de mi idea. Tanto las cosas enormes como las que no lo son tanto, en estas noches, afectan con la misma magnitud y se miden de misma forma, como si no hubiese discriminación al dolor interno. Espero de corazón y con esperanza que todo se vuelva más ameno, y gracias a vos, por compartirme tu reflexión, esperemos que las noches sean de a poco, menos oscuras