Cómo te puedo explicar esta sensación que tengo, realmente muero cada día que despierto, siento que voy decayendo, que nada va mejorando, sólo se pospone por días que ya no voy contando.

Siento que estoy dentro de un mar de lágrimas, mi corazón exhausto de sentir tanto, sigue emanando llanto, no sabe cuánto extraño escucharlo con su alegría.

Me ahogo, no me salvo, lo intenté de todo y nada sirve.

Por favor que alguien me salve, pero, si no lo pude hacer yo, no lo puede hacer nadie.

Me castigo cada día y cada momento encuentro una nueva forma de hacerlo, piedad no me tengo, como la que te tengo a ti junto a la empatía que te ofrezco, yo no la merezco, soy mezquino conmigo mismo y caprichoso por cierto, si no hago bien las cosas, me detesto, no me acepto, me castigo, y guardaré como recordatorio para cada noche conmemorar una vez más que la cagué, cayendo en el abismo que tanto te conté.

Estoy harto de escuchar mi llanto, ¿por qué no puedo dormir?, ¿cómo apago este podcast que me impide hacerlo? de nuevo con pastillas ¿en serio? de nuevo con fármacos, si existís Dios, ¿por qué me hiciste esto? o más bien, ¿por qué me hiciste ser esto? no te es suficiente con llevarte lo más preciado en mi vida, ahora me toca ser un muerto viviente que sufre por tener un corazón que late todos los días.

Cuerpo desnutrido, sin músculo, no estoy sorprendido, vomito lo que como y lo que como lo vomito, vomito todo el día, ya ni tengo comida, mi bilis se transforma en episodios depresivos, escupo pesimismo venenoso e invasivo.

No necesito música, necesito dejar de escuchar mi corazón latir, frenarlo para siempre, finalmente morir, arrancarlo de mí y arrojartelo a ti, ¿ahora me crees cuando te digo que no soy feliz?

Mi cara sólo la veo borrosa tras las lágrimas que deseo dejar de brotar de mis ojos feos, mi voz la escucho estruendosa, sólo gritos y eco de llanto invaden mis oídos, mi nariz no huele nada, sólo el olor de la derrota, mientras mi lengua se pone tonta con tanta sal en mi boca.

Quiero desaparecer, ocultarme en la niebla y nunca aparecer, irme como la luz cuando apago el foco de mi pieza, ser como la mugre y esconderme debajo de la alfombra, tomar mis alas como un pájaro y volar tras las rejas que me tienen preso, soltar mis cadenas, irme lejos, saltar al vacío, dejar de soñar contigo.

Cómo hago para huir sin que me tomen en cuenta, cómo puedo dejar de pensar que exagero cuando ya he perdido la cuenta de las veces que me sentí así, cómo puedo empezar a aceptar que mi final se aproxima a mí.

Ojalá no respirar más, no oler el olor a pasto mojado, no ver el Sol a la mañana saliendo, no ver la luna desde mi ventana de nuevo, ojalá todos los placeres terminaran para por fin yo partir y no dejar nada en la Tierra, maldito planeta Tierra, todas carencias, ninguna buena impresión me dejas, todas carencias, para darle a pocos le tienes que quitar a muchos, malditos humanos, siempre al pueblo atacando, me harás ser más pobre por cada segundo que paso, ¿cómo voy a querer vivir si para hacerlo tengo que sobrevivir?, ¿cómo voy a querer cumplir mis sueños, si cuando los cuento, se me ríen los dueños de mis deseos? maldita construcción que transforma lo que quiero ser, maldita construcción que me convierte en un ser fácil de convencer, pero no será más así, no me puedes convencer a vivir, ya tantas penas viví, que he abierto los ojos, tarde pero al fin.

Yo no completaré la lista imaginaría de cosas que tengo que por hacer, pero no me preocupo, un millonario la cumplirá por mí, yo sólo soy un alma pobre que juega con ser alma, o sólo soy un pobre que piensa que el alma existe; si existe, la mía no pesa 21 gramos, la mía debe pesar el doble por lo menos, sino no explico este pesar enorme que tengo cargado en mi psiquis y en mi cuerpo.

La ruta vacía, no hay autos que pasen sobre mi cuerpo para convertirlo en cadáver; de igual forma no quiero hacerlo, no quiero hacer a nadie responsable de lo que estaré haciendo, ni siquiera que la gente piense que fui yo el que se propuso a matarme.

El horizonte en silencio, no escucho personas que estén en mi camino, sólo dolores nuevos que me hacen sentir que mi carne arde en vivo, el ruido de las brasas no me calma, al contrario, me aturde y no me deja dormir en mi cama, siento que todo se prenderá fuego, mi cama, mi casa, mis ganas, todas mis pertenencias, mi futuro si es que en algún universo existe.