Desconozco esto que me implantaste,
No me agrada, aunque tampoco me lastima,
Como un anhelo intenso, que es constante,
Si lo analizo bien, realmente no sé dónde empieza o dónde termina.
No voy a cuestionarlo,
Siento que si lo hago, se rompería.
Así empiezan mis días malos,
solo escucho notas vacías.
Fuimos la esperanza en un calido tacto.
Fuimos agua, viento y armonía.
A veces posta sentí que fuimos algo,
aunque a veces vos nunca lo sentías.
Y para que no muera en vano, lo escribí,
o más bien, te escribía.
No quiero quemarlo,
Quiero ahogarlo y que muera en agonía.
Ahogarlo en un río de vino,
olvidarme de el
mientras brindo en compañía.
O sería mejor matarlo, y enterrarlo,
pero ¿eso a vos te importaría?
Mejor dejarlo.
Quizás algún día leas mi poesía,
Y veas que me gustó expresarlo,
Que me gustó intentarlo,
Que quizás algo entre nosotros existía.
Ojalá que alguien te esté besando,
Porque yo si lo haría.
Ojalá que a alguien te esté esperando,
Porque yo si te esperaría.
Ojalá que alguien te esté pintando,
Porque vos si lo merecías.
Yo solo aprendí a interpretarlo,
a dejarlo bailado en melodías.
Ahora que ya no me hundo,
y veo cómo te escondías,
vas a plasmarlo en arte,
dejando que eso te defina.
Y si sentís que me fui alejando,
No significa que me perdías,
Significa que reparaste algo,
que dentro mío no servía.
Fui un simple cuerpo usado,
Que aprendió de tu filosofía.
Un espectador frustrado,
Que de experiencia carecía.
El amor es una droga,
Eso vos ya lo sabías.
Ahora que puedo aceptarlo,
y escuchar lo que debía,
me doy cuenta
de que no eran días malos,
Solo estoy
Una octava más arriba..