Ellos al hacerse presentes, poseen un poder inmenso e imparable hacia nosotros. Sin importar qué tan duro seas, siempre te doblegarán.

Son capaces de cosas tan asombrosas como teletransporte en el tiempo y espacio de tu propio ser.

En cuestiones de segundos, te trasladarán a un lugar exacto del mundo, en un momento determinado de tu existencia. Una vez allí, es imposible regresar por tus propios medios, simplemente debes revivir aquello que creías perdido.

Su efecto varía dependiendo del sitio al que han decidido llevarte.

En pocas palabras, son un arma de doble filo, dado que tienen la capacidad de sacarte una sonrisa instantánea o desencadenar tu llanto. Lo único que necesitan para esto, es un olor, un lugar o incluso un simple objeto.

En lo complejo de la mente, se resguardan para no sucumbir ante el tiempo. A veces parecieran inmortales, y que, como el ave fénix renacen de las cenizas del olvido.