dejaría que mi cuerpo se desgarre

una y otra vez

  

elegiría un buen padre:

fuerte y robusto para que tu cuerpo no duela

de ojos almendrados para que seas bonita

  

entrelazaríamos miradas

eternas

tus ojos serían mi espejo

  

jamás mi mano apretaría tu brazo

a la fuerza

aprendí que los golpes nunca sanan

aprendí que las caricias permanecen

  

me llamarías mamá y  me reconocería en ese nuevo nombre

no sabrías que me llamo Melina

no tendrías que saberlo

  

dejaría que mi identidad se desgarre

una y otra vez

  

Si no fuera hija

aún, podría ser una buena madre