Sexo y poesía por placer: tres poemas de Lenor Kandel


Poema de la Iluminación

Fuimos todos hermanos, hermafroditas como las ostras

entregando nuestras perlas sin cuidado

  

nadie había inventado la propiedad

ni la culpa       ni el tiempo

  

vimos las estaciones pasar, fuimos cristalinos como la nieve

y nos derretimos cuidadosamente en nuevas formas

mientras las estrellas bailaban alrededor de nuestras cabezas

  

no habíamos descubierto la traición

  

nosotros mismos fuimos perlas

hastío transmutado en brillo

y entregamos sin cuidado

  

nuestras perlas se volvieron más inaccesibles y nuestros sexos, estáticos

la mutabilidad cultivó un caparazón, ideamos diferentes lenguajes

nuevas palabras para nuevos conceptos, inventamos despertadores

cercos      lealtad

  

y aún ahora, incluso ahora, fingimos la comunión

        percepciones infinitas

  

Yo recuerdo

fuimos todos hermanos

y entregamos sin cuidado

  

  

Canción de goce

Mi amado sostiene su sexo

                 como un colibrí

apoyado en el delicado borde

  

Que placer ser una planta de miel

                     y

   estar completamente abierta

  

  

Eros/Poema

¡Alabado sea el joven Eros que se coge a todas las chicas!

Solo los dioses aman con tal generosidad

compartiendo beatitud con todos

¡Alabado sea el joven Eros! que ama sólo la belleza

y la encuentra en todas partes

Eros te conocí a vos y a tus diosas pasajeras

envueltos en una neblina de amor tan cierto como cualquier flor

que florece su día y luego está perdida a través del viento

Yo vi tus ojos resplandecientes de placer

mientras alababas la dulce belleza de Psique con tu amorosa lengua

y luego los vi brillar con el mismo profundo goce

mientras otras tiernas damas se acostaban entre tus manos

¡Alabado sea el joven Eros! que no puede acumular amor

sino que lo gasta gratuitamente como agua en un tamiz dorado

compartiendo su suave y desinteresada gracia

con todo aquel que deje entrar su presencia

desleal como las flores, inestable como la mariposa llevada por el viento

¡Alabado sea Eros, hijo de los dioses!

que ama sólo la belleza            y la encuentra

en todas partes

  

  

Algunas palabras sobre su poética

El furor de la generación del beatnik fue, según Lenore Kandel, resultado del uso de una palabrita de cuatro letras: fuck. Pero la palabrita arrastra detrás una premisa central: la poesía no es necesariamente cómoda, fundamentalmente en un mundo que tampoco lo es.

  

Frente al consolidado capitalismo que pretende a la fuerza delimitar modos únicos de vivir, Lenore y su generación establecen infinitas conexiones con el budismo, el consumo de psicodélicos -y estupefacientes de todo tipo-, el rock and roll, el jazz y el hippismo como modos alternativos de concebir la experiencia vital. Esto engendrará, para los 60’ un grupo de poetas-profetas, como Lenore. La profecía que baja del cielo al poema parece encontrarse en lo terrenal: el cuerpo humano y sus aspiraciones espirituales a través de lo sexual-erótico.

  

La autora publica “The Love Book” en 1966 y lee algunos de esos versos en el mismo escenario que Ginsberg. Un año más tarde publica otra gran obra: “Word Alchemy”. Para esa época comparte porros y poemas con di Prima, y figura en textos de Kerouac bajo algún seudónimo. Compila muchos poemas más en revistas indie, y para cuando fallece, en 2009, aún tiene más de treinta poemas sin editar.

  

En internet no circula su obra, y si circula, es en inglés. La traduzco maquinándome que la generación del beat también fue mujer.

1 comentario en “Sexo y poesía por placer: tres poemas de Lenor Kandel”

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