me cambié el nombre, firme los papeles y volví a nacer,
ya no mas bautizado el pecado original no sabe qué hacer,
vuelve y prematuro se aloja entre mis costillas y se queda expectante,
me da hambre de fama, de egoísmo y de alguna mujer ser amante,
transgenero, homosexual, artista plástico y ex comulgado, el pecado queda palpitante,
por ahí de algún músico me haga enamorarme y juntos crearemos otra vida llena de pecados alucinantes,
quien te dice que en una de esas no me cruce a alguien que conocía y pretenda volverle a conocer con un cariño bailable,
tal vez me mude a un pueblo en medio de la nada y me haga fingir que siempre fuimos el y yo,
el pecado y yo,
la transexualidad y yo, entrelazados como hermanos infantes,
por siempre pecadores, natos y culpables.
artista no binarie.
la cara del enojo del amor.