Esta bruja era Reina de las burbujas, la trajo un viento, de un día de calor intenso.

 Reina la bruja, vivía en los árboles, en una gran burbuja, prendida de las ramas, muy lejos de las ciudades, en un mundo que nadie conocía, ni veía, en noches oscuras y tenebrosas, no sabía de días, ni colores, si soles, ni arco iris, ni flores, ni juegos, ni helados, ni compartir..

Una tormenta muy ventosa, con rayos y truenos, llego esta vez, a sus árboles. Abruptamente explotaron las burbujas de las brujas, Reina salió despedida, tan de sopetón, que tomo un escobillón gastado, en el mismo instante en que todo giraba a su alrededor, arrancando el motor, para subir a los aires y escapar del peligro.

 El intenso viento descontroló su vuelo… la arenilla que arremolinaba, golpeaba con fuerzas sobre su rostro maléfico, se adueñaban de sus ojos, su nariz, sus orejas, su cara…

-sandaracatùmmm sandaracastummm- sandaracatum darnmma tummmm tummmm … nada reaccionaba a sus poderes.

Disparatada cual barrilete desobediente, entre: ¡nubes grises! y ¡rayos! y ¡truenos!

Vociferaba a viva voz sus conjuros de deshacer tempestades, dándole por resultado, despertarlas más fuerzas, un vendaval brutal y enojoso.

Despedida de su burbuja rebotó contra el suelo, haciendo crujir sus huesos, de remate rodo, rodo y rodo hasta quedar mareada y aturdida.

Al quedar al fin, estática, su tronco se irguió, se sentó y todo giraba y giraba.

-remturumm bummm bummm, creeeeeeem quederemm requieteremmm.

-remturumm bummm bummm, creeeeeeem quederemm requieteremmm.

Del golpe casi casi inconsciente, comenzó a desconocer su alrededor… distinguió a lo lejos, objetos blancos moviéndose. Y un fuerte rinnnn rinnnn

─Hooooo

─Estoy en un sueño─ murmuro.

─ ¿Estoy en el mundo de alienígenas, de extraterrestres?

─ ¿O zombis?

─ ¿muertos vivientes?

Pensaba en voz alta ─ no muchas películas─ se dijo…

Un murmullo de mucho alboroto se escuchó, y asustada por lo que no conocía, corrió y se escondió.

Quedo un rato largo y cuando todo estaba en silencio, salió dando pequeños pasos, muy sigilosamente, oyó el ruido estridente otra vez, muy extraño que se tapó los oídos.

RINNNN RINNNN RINNNNN de pronto esos objetos de blanco poblaban abruptamente todo el espacio, alborotados, se movían, y se movían, con algarabía, riendo, saltando, gritando y corriendo.

─ ¡en dos patas!- dijo para sí.

Se volvió a esconder de prisa muy asustada.

─ ¿Dónde estoy? ─ se preguntó─

En el apuro, y del susto, mal se escondió.

Vio que se acercaba un ser pequeño de blanco sonriéndole, con un raro peinado, como la cola de los caballos, pero no era un caballo…

-Hola, que haces aquí, pareces una bruja, ¿estas disfrazada para la fiesta?

Ni decir la bruja el susto que tenía.

 ─ ¿quieres jugar conmigo? ¿Cómo te llamas? Le preguntó.

Murmuraba la bruja para adentro

─sunmdurmmn, sundurumdummm sácame de aquí. Sunmdurmmn, sundurumdummm llévame de aquí.

De repentente, un montón de esos seres, objetos de dos patas y de blanco, la rodearon…la tomaron de la mano, la acomodaron en una gran ronda, muy, muy redonda y giraban emitiendo sonidos de gritos en encadenados de alegrías.

La bruja reina al principio no podía escapar de allí, pues cada intento, sonaba un rin, rin rinnn- al grito de:

 ─ ¡Reina brujaa!─ y salía corriendo a encontrarlos. Asi se repetía en cada en cada rinn rinnn rinnn

Asi sucedieron los días…. Las semanas… los meses

Reina la bruja, de escuchar de aquí, más aquí, allá, mas allá y descubriendo este otro mundo, de objetos blancos de dos patas, entendió que estaba en una escuela, y tanto los quiso, a estos seres que en cada recreo los esperaba para jugar, cantar, charlar cuando estaban tristes o ayudarlos. Y es asi, que se quedó aquí, para siempre, en esta escuela, y es la Reina de las brujas de los recreos. RINNN RINNNN