La libretita rosa viejo Vermeyo

 En festejos de su fundación, la ciudad, durante toda la semana ofrecía una variedad de actividades, folclore, chamamè, danzas. concurso de escultores, tallados en maderas autóctonas, con exposiciones de Artesanos, originarios, e inmigrantes.

Los amantes del Rock se disponían para el recital de bandas “RESpIRA ROCK” de heavy metal tocaría Pendeviejos, banda que convocaba a una multitud de seguidores, junto a otras bandas locales.

Las pruebas de sonidos sucedieron sin mayores sobresaltos, los amantes del género llegaban al lugar, con sus vestimentas tan características, todos muy de negro, en las remeras sus bandas favoritas, AC DC, Metálica, Ramones, Alma Fuerte, Rata Blanca. cabellos muy largos, o muy cortos y muy revueltos emulando alambres de púas muy largas.

Marta sostuvo la libretita donde llevaba dentro de su cartera rosa, debajo algunas anotaciones, de los pasos que daría este día.

El plan, minuciosamente, proyectado ya estaba en marcha, largo tiempo atrás, fue extremadamente cuidadosa, para no alertar, y ocultando de familiares y conocidos de habla fácil. su orden llegaba a ser obsesivo, un pequeño descuido ,podría ser su propio enemigo.

Tenía la ocasión perfecta, se vistió de un conjunto de falda y blusa muy rosa viejo apasionado, su ropa interior del mismo color, sobre unos zapatos de tacos muy altos, rosa viejo místico, maquillaje rosa viejo profundo, uñas de manos y pies rosa viejo intenso, su figura muy atractiva, la cual sabía utilizar con su natural seducción, a su favor.

El evento ya daba inicio, con las bandas soprotes, Marta llegó, sabiendo que sería observada, lo cual era su intención, sabía que en el recital estaría su objetivo, que además, conociendo sus debilidades, lo tenía servido.

Habían pasado ya quince años desde que lo dejó, y desde ese tiempo, fue muy paciente, planificando su venganza.

Caminaba entre la gente, haciéndose notar, algunos le gritaban:

—¡He flaca de donde saliste!

—¡Nena volvete al zoológico! ¡Pantera!

—¡Que ridícula!

—Te equivocaste princesa.

Todos de una u otra manera la vieron en el sitio, y sabía que la recordarían, la junta no tardaría en avisarle a El, que Marta estaba ahí,

Fueron pareja muchos años, pero los excesos, de toda índole la abrumaron, y por todo el dolor y odio que le había provocado, se juró que se vengaría.

Él la localizó y se acercó, con un saludo muy caluroso y potente hedor a alcohol, que era cuando le brotaba el afecto…

—te ves muy bien— le dijo me comentaron que escribís.

Ella con una cara de triunfo, orgullo y desinterés le respondió:

—A si es, y estoy excelentemente bien.

—Que bien te felicito.

—Gracias, si, viste la libretita rosa, que siempre la tenía conmigo, ahí llevaba anotado todo lo que pasó entre nosotros.

Y en breve sale mi libro publicado mañana, aquí tengo la libretita, te la regalo— y con gesto, se la alcanza— ¡ha! ¡Espera te la firmo!

Marta dio un giro sobre si, dándole la espalda y se alejó.

Mucho tiempo atrás su plan era asesinarlo, pero más tenía la necesidad de que el padeciera en vida, que su imagen pública, quede muy expuesta, que no era quien se mostraba, con el poder económico que todo lo muy turbio lo oculta.

3 comentarios en “La libretita rosa viejo Vermeyo”

  1. Hipoteticamente una venganza, De situaciones violentas que se padecen, tanto del hombre a la mujer, como de la mujer al hombre (poco se habla, de la misma) pero existe, como circulan un lìmite feminista absurdo, que no comparto, como límites machistas absurdos. pienso en géneros a la par, no delante, ni detrás.

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