Música
Música
Quizás la mejor manera de escribir sobre música sea justamente en ese preciso momento en el que la estamos escuchando o, también otra opción puede ser, lo que podemos denominar “efecto posterior” ¿Qué vendría a ser ese efecto? El eco que queda resonando en las paredes de nuestro conducto auditivo y se pasea entre vaivenes por nuestro cerebro, luego de escuchar una pieza musical.
Lo llamativo de escribir “sobre música” es seleccionar otro lenguaje, las palabras, para hacer referencia a sonidos, porque no nos alcanza con contemplar, también tenemos que hablar de lo que genera, cómo se constituye para producir sensaciones y, por supuesto, lxs artistas encargadxs de hacernos experimentar “algo” (sea lo que sea que signifique ese “algo”). Entonces, expandimos, estiramos, retorcemos, llenamos espacios vacíos con oraciones referidas a la música. Aunque, es importante hacer una pequeña salvedad: no se trata de “traducir” lo musical a otro lenguaje distinto, sino que por medio de este último realizar una efusiva invitación a quien lee de escuchar y vivir también un “algo” con esa canción, disco, grupo, artista. Además, no olvidemos que en muchos casos la música está constituida de una parte lírica, lo cual nos da desde la letra en sí misma el hilo perfecto para estirar y armar todo un mundo de palabras a partir de eso.