(*** hay spoilers de El Gabinete de Curiosidades de Guillermo del Toro)
Nancy recuerda el momento exacto en que supo que la belleza exigida no era un problema de ella. “No es un problema mío” dijo. Con “mío” quiso decir propio/interno/autoimpuesto. En el momento en el que se sintió más fea fue cuando experimentó alivio. Mientras miraba en el espejo el horror que brotaba de su piel algo cobró sentido. Su mundo no terminaba con la belleza. Esto no es el capítulo de El Gabinete de Curiosidades. Esto me lo inventé yo.
Stacy pasa sus días en soledad. Su marido trabaja todo el día y sus compañeras de trabajo apenas la registran. No tiene amigas. Su mayor anhelo es ser vista y sentirse hermosa. Stacy cree que ser bella la hará feliz. Un día, a través de sus compañeras de trabajo, descubre una crema que promete arreglar todos sus defectos. Stacy la utiliza y le produce una reacción que le deja la piel en carne viva. En vez de dejar de utilizarla, Stacy decide escuchar la voz de la televisión. Una publicidad la seduce y la convence para alcanzar su mejor versión, y Stacy continúa destruyéndose la piel.
El final de este episodio concluye en que Stacy ha alcanzado su objetivo de ser hermosa a través del dolor, y con costos muy altos. Sin embargo, el capítulo cierra con Stacy bailando en la oficina, feliz. Esta felicidad, para mí, es un problema.
El mundo está lleno de publicidades que nos prometen formas de ser más bellas. Nos prometen, nos venden. Algunas más explícitas y otras más disfrazadas. En YouTube, Jordan Theresa explica en un video essay (video ensayo) por qué ella opina que tik tok es malo para las mujeres (tiktok is bad for women, actually ). Para quienes no consumimos el contenido de esta plataforma, la youtuber nos introduce en el tipo de videos que están dirigidos a las mujeres jóvenes. Una interminable lista de acciones y productos en forma de micro videos nos invitan a implementarlos para ser “mejores”. La teletienda, la voz que seduce a Stacy, ha pasado a estar en todas nuestras pantallas sin avisarnos que es una venta, disfrazada de algunx simpaticx influencer.
Hasta el más mínimo detalle en los cuerpos de hoy es objeto de escrutinio. El mandato de la belleza, tan cuestionado, aparece bajo la forma del mandato de la salud. Ya no sólo se trata de ser más bella, sino que ser más bella implica ser más saludable, y viceversa.
“Lo hermoso será ecléctico, multiracial. (…) El truco se prepara desde ahora y reside en continuar y profundizar la idea de que todo lo que hagamos por la salud tendrá su retorno en términos de hermosura”
Eso escribió Silvia Itkin en un momento en el que aún no existían estas nuevas redes sociales.
Debe de haber cientos de miles de videos que te dicen qué hacer con tu aspecto. Las tendencias cambian cada vez más rápido. Y sin embargo nos escandalizamos al ver la cara de Madonna. Un diario español se refiere a ella taxativamente como el resultado de “los fabricantes de monstruos” (los cirujanos), aunque tiene la necesidad de aclarar todo el tiempo que no quiere meterse con el cuerpo de la artista. ¿Por qué nos sorprende tanto que ese sea su aspecto?
La felicidad de Stacy es un problema. La tensión que produce el capítulo logra hacernos reflexionar sobre la relación de la mujer con los productos de belleza y los parámetros idealizados. Instala el conflicto de la exclusividad. Pero cuando Stacy obtiene su aspecto deseado, cuando renuncia a lo que era importante para ella, y eso la hace simplemente feliz, pienso, ¿eso es todo? Madonna parece decirnos que no.