Todas tus perversiones
las colecciono como si fueran
muñecos de porcelana.
Me quedo con todas tus indiferencias
creyendo que algún día podré
intercambiarlas por un acto de amor.
Me guardo todos los silencios,
los vacíos que quedan
entre un beso y otro
creyendo que esas son
esperanzas de algo que vendra
pronto, una sorpresa, una luz
frente a tantas penumbras.
Todavía estoy con la abstinencia
de los casuales encuentros sexuales,
de los recurrentes orgasmos,
de los interminables gemidos
y no estoy tan mal como creía
que iba a estar.
Quiero incendiar mi colección
de angustias que me producen
mis obsesiones.
Quiero incendiar tu cama
y todo lo que me remite a nosotros,
quiero incendiar mi rabia y
mi ira contenida,
quiero destruir cada calle,
cada rincón y cada asfalto
de este inframundo.
No me invoques más,
no soy tu fantasma,
ni tu demonio personal.
A veces escribo cosas para no pensar tanto.
Tengo un instagram donde subo más cosas @cigarrillos_y_floresmuertas