Dulces y sutiles plegarias
que se desarman en sollozos;
hay una niña que perdió su fe
y no sabe cómo enterrarla.
La dejaron sola y ella tiembla
porque algo le susurra que lo que quedó puede taparle la luna.
Algo le susurra y ella, tan solo una niña,
tiene un cuerpo fétido a su lado
donde debería haber una flor.
Las voces en el viento y en la mente
no dicen mas que la angustia
y ella, tan solo una niña,
tiene un cuerpo.