(foto de @giulia.ant)
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Hoy me voy a dedicar a escribir una nota que hace tiempo que tengo ganas de hacer, pero que la vorágine de fin de año ha impedido que me pueda sentar a hacerla antes (por no hablar de la procrastinación más absoluta). Resulta que, en el mes de septiembre, participé de la 3ra Residencia para Poetas Jóvenes del Festival de Poesía Internacional de Rosario, y ahí, además de aprender un montón sobre poesía en talleres buenísimos, conocí a gente increíble con la que compartí cada momento de esa semana. En este post, quisiera mostrarles algunos de sus poemas, y presentar a cada unx de mis compañerxs de la residencia, con quienes reí muchísimo, escribí a la par, de quienes aprendí y disfruté de escucharlxs a cada unx.
Espero que ustedes disfruten de leerlxs tanto como yo lo disfrute, y a mis compañerxs residentes, cuando vean esto, tómenlo como un brindis de birra comprada en el Bar Oui. Acá van:
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Agustina Zabala (Neuquén – La Plata, 1998)
Agus definitivamente era, para mí, una de las estrellas de rock de la residencia. Ella es cool, saca unas fotos hermosas, gestiona blogs de poesía hermosos, y participa del taller de Cecilia Pavón. La sensibilidad de sus poemas es única y te hace querer encontrarte con ella al instante: generan un espacio de reconocimiento en lo íntimo que te abraza, y hace que no te sientas solx.
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Mark Ruffalo
Afuera es un día brillante.
Desde mi cama escucho
que en la televisión están hablando
sobre los últimos misiles
creados por los rusos.
Dicen que lo más interesante
es que no hacen ruido
cuando caen.
Yo tampoco.
A veces
mi dolor es el dolor más grande del mundo.
Busco en internet
departamentos con vista a un parque
en ciudades en las que nunca voy a vivir.
También: Mark Ruffalo in the 90s.
A veces
deseo una tragedia sorpresa,
algo que me quiebre entera.
Miro obsesivamente cómo triunfa
gente que no me importa.
¿Soy lo suficientemente inteligente?
¿Lo suficientemente cruel?
¿Estoy realmente deprimida
o me lo inventé para sentir algo?
Mientras tanto,
en otro lugar
hay cosas peores.
Pero la vida es una bolsa de Walmart agujereada
balanceándose en el medio de una avenida.
Ayer Silvia fue directa
y le explicó a mi papá que mi cabeza
es una computadora rota.
Cuando volvimos a casa
él me dijo: te compré una estufa eléctrica
pero quiso decir: te amo.
Hoy voy a quedarme adentro,
tomar mucho café y 8 miligramos de Risperidona
aunque Silvia me haya dicho que la deje.
Quisiera que todos sepan que pueden perderme
y si se van, que me inviten
y si vienen, que sea rápido.
Me muevo como un fantasma, un dejo de tibieza flotando sin dirección.
Me escondo y quiero llamar la atención al mismo tiempo.
Hago todo para que otros me digan que lo hago bien.
Por ejemplo, este poema
que es un árbol cayéndose en el bosque
cuando no hay nadie que lo escuche.
Cuando digo este poema,
quiero decir
Yo.
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Alex Rivadaneira (Tucumán, 1999)
Alex tiene un flow impresionante: entre Ioshua, Mateo Diosque y una musicalidad ágil con un dejo de trap, cuando se subía al escenario y decía «qué onda, soy tucumano y qué», ya nos tenía agitando a todxs desde el primero momento.
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(5)
cuando Tucumán
inicie su expansión
y conquiste la costa
pumba
me mudaré
me haré surfista
tendré una novia boliviana
que surfeará conmigo
me pondré
la máscara de Néstor
robaré supermercados con mis amigos
flasharé justiciera nocturna
contra la yuta
comeré guiso todos los días
me mataré en el mar
y seré famoso
(1)
mi vieja
piensa
que yo
no sé
pero yo
sí sé
aunque ella
piense que no
yo sé
lo que hace ahí
en ese lugar
con la puerta cerrada
como si yo
no lo hubiera hecho antes
igual que ella
como siempre
como cada vez
que me visitaban
y ella
tan inocente
piensa
que yo no sé
pero en el fondo
sé
que ella
si sabe
que yo sé
y aunque ambos
sepamos
que el otro sabe
no decimos nada
para que nadie más lo sepa
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Alfonsina Lucas (Jujuy, 1996)
Bueno, con Alfonsina la conexión fue casi inmediata, desde el momento en que nos mandamos memes de gatites por wpp para encontrarnos en la terminal de Rosario. De sus poemas lo que más me cautivó, fue su paleta de colores: todas las cosas brillan con colores único en lo que escribe, toman vida, y nos sumergen en un paisaje único que aparece frente a nuestros ojos como si fuera una fotografía.
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veo fotos de viajes
Cool trips al costado de la ruta, fantásticos objetivos fálicos que desenfunda la gente cool
El cielo lleno de nubes trastornadas, son piezas de un rompecabezas puesto en el suelo que es
el cielo, que es el suelo de alguien más
Veo turquesa, qué número pantone será, no tengo la pretenciosa idea de calcular números en
color, yo no soy cool
Ahora soy yo la que la viaja
Los árboles brócolis, o alfombras carísimas impagables, suaves conejos para tus pies
Un lente sucio y una app libre que edita fotos de mis viajes de pasajera en la ruta:
Hay familias enteras y familias partidas y familias que no son familias, mojándose en el río al
costado de la ruta, bañándose al costado de la ruta
Vacas y terneros pastando verde fresco, húmedo
Metal que aparece cuando no hay banquina, es un corral de bebé, un flotador para no
ahogarse
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Gabina Luz (Rosario, 1994)
Gabina era una de las locales de la Residencia, y una de las más originales para mí. Ella dice que, como quería ser poeta, estudió computación, y esa mixtura de lenguajes aparecía en todos sus poemas. Participa del Slam Rosario, lee hermoso, dice mucho «buenardo», y tiene una energía preciosa.
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Meta
Hay una foto mía en un congreso en que estoy fingiendo creer en la Academia. Entonces puse gesto elegante y la nariz se me respingó a la altura del prestigio. Pero en realidad estaba pensando en que «meta», que según Wikipedia, en griego, significa «más allá», es mi prefijo favorito. Y que cuando agrego «meta» a algún concepto siento que llamo al ascensor de la
abstracción, me lo tomo y me quedo mirando al concepto desde arriba. Y que hasta ahora, mi mayor aspiración es tener una metaidea para divertirme mucho subiendo y bajando los pisos de la abstracción cuando yo quiera. Y que si alguna vez la tengo y me aburro de recorrerlos sola, entonces voy a buscar a un pibe para que me acompañe. Y en secreto le voy a decir: metapibe. Y después de jugar muchísimo voy a pedirle que se quede un ratito en planta baja, ahí donde el metapibe es concretamente lindo, que se quede ahí un ratito, así yo subo y él me tantea la belleza desde abajo.
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Gaspar Peñaloza (Chile, 1994)
Directo desde Valparaíso, Gaspar traía ese tono tan lindo y particular que tienen los chilenos para leer, un trabajo con el lenguaje pensado y minucioso, imágenes que se descomponen en palabras, y también, todas las ganas de fiesta que se pueden tener.
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CUANDO exista la máquina
que convierta sensacion
en alucinaciones:
puntitos blancos
tratando de entrar
a la fuerza en círculos
rosados rebotan
hasta lograrlo.
triángulos flotan chocando
contras los límites del cuadro
cuando un vértice con un vientre
dejan un pequeño espacio
molesta.
destellos diminutos
borronean el fondo
parece espuma
pero es geometría
no mancha
tampoco deja de salir
la imagen se va formando
a partir de franjas muy delgadas
que van de arriba a abajo
cuando falta la última
comienza de nuevo.
una caja de huevos
con el último pegado a la caja
porque está quebrado.
hilachas amarillas
casi transparentes
se estiran y contraen.
un pedazo
es un gotero ahora
de lo que contenía.
los más grandes
cuando los alcanzas
ruedan cerro abajo.
en el medio del cuadro
un punto rojo comienza a crecer
justo antes de cubrir las esquinas
se abre un hoyo negro en el medio.
hilachas
se atraviesan
entre los cuatro dientes delanteros
barbas de ballena.
tres colores
indistinguibles
pero se sabe que son
diferentes entre si
interactúan como si estuvieran en una fiesta.
carne de fruta madura
bajo la cáscara
espera ser comida
logo cada vez
que toca borde
cambia de color.
en un líquido denso
se unde una esfera.
hilachas
al lado de una llama
que no quema
entonces
no las seca hasta enblaquecerlas.
la franja que faltaba.
límites del cuadro
derumbándose
detienen mutuamente su caída
algo así como una ruca.
hilachas tirando de hilacha
que son ellas mismas
círculos rosados envejecidos
expulsando de si
puntitos blancos.
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Gerónimo Tártara (Rosario, 1995)
Gerónimo, nuestro canal espiritual. También local, también participante del slam, en sus poemas aparece constantemente el humor orientado a burlarse de unx mismx. No miento si afirmo que uno de los momentos más maravillosos del FIPR fue cuando Gerónimo se subió al escenario y empezó a recitar su poema «Moriviendo»: mezcla de música, poesía, y stand up, en seguida nos hizo gritar a todos como locxs por lo que estábamos escuchando.
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Moriviendo
Morir, morir, morir muriendo
Y cada dia que pasa
morir más lento
Morir morir morir muriendo
Abajo arriba y
morir por dentro
Morir morir morir muriendo
Cerrar los ojos
Ver de cerca el morimiento
Las señoras en la plaza
Le dan de comer a palomas
Coman coman que hace frio
Doña Lucia se murió de un resfrio
Coman coman que todavía queda
Pero ya no se refieren al pan
Se refieren a ellas
Que intentan engañarse en las migajas
Que las palomas usaran
Como energía para volar
Y en el segundo que tarda en digerirse el pan
Serán parte en la magia plumífera
Que se alza vuelo y se pierde
En los edificios que acorralan la plaza
Pero que si no mueren
Ni ellas ni las palomas
Mañana volverán
En los panes duros
A repetir el ciclo hasta que se dé
Vivir vivir vivir muriendo
Y que cada acción
Mantenga el aburrimiento
vivir vivir vivir muriendo
y que llegue tarde
aunque vaya corriendo
Vivir vivir vivir muriendo
que las opciones sean comer
o seguir durmiendo
nada en la tele
nada en las historias de Instagram
ningún mensaje en whatsapp
ninguna notificación de fb
nada más que sirva de excusa
para perder 5 minutos más de vida
en la oscuridad del cubrecama
que sirve de refugio
para sobrevivir a un afuera extrovertido
que no le importa si estoy descansado
para enfrentarme a su murmullo
pero que no importa
porque nadie esta despierto
y los que lo están
sueñan con no estarlo
porque es más difícil simular ser parte
de un engranaje para el que no somos necesarios
que serlo
pero es más fácil que estar fuera
morir morir morir viviendo
y sacarle fotos a lo que te estas comiendo
morir morir morir viviendo
contarle a los pibes la que te estas cogiendo
morir morir morir viviendo
usar ropa deportiva aunque no estés corriendo
salen y viajan porque eso es vivir
viven la vida que se creen que es vida
se la vendieron
y complices la compraron
sin fijarse
si quedaba un poco de espacio para elles
en la memoria interna del celular
y se entregaron a la histeria
a la inseguridad y el boludeo
porque todo lo que pinte para algo serio
da miedo y hay que escapar
no hay carrera trabajo o relación que dure
porque es necesaria la adrenalina de lo nuevo
para compartirlo en una pantalla
y que reaccionen las 10 personas de siempre
que ya se ignoran porque son rutina
y ya no son estimulo
porque, aunque se esfuercen en frotar
el clítoris del tiempo
este se endurece
y la única sensación que pueden sentir
es dolor
vivir vivir vivir viviendo
respirar por la nariz mientras se está escribiendo
vivir vivir vivir viviendo
visitar un primito y leerle un cuento
vivir vivir vivir viviendo
y aceptar
que en la vida
hay sufrimiento
pero también
todos tenemos
nuestras propias palomas para alimentar
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Iván Sosa (Paraguay, 1996)
Iván nos enterneció a todxs desde el minuto uno, con su tranquilidad para hablar y su dulzura para leer. Sus poemas, a mí me hacen pensar en los poemas de Juan Gelman (aunque en ningún momento lo escuché nombrarlo o afirmar que lo leyó): logra hacer poesía de fuerte contenido político, que se conjuga hermosamente con un trabajo pensado y fino del poema, a través de imágenes que cautivan.
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Poeta ante su almuerzo
Este puchero caliente en mi plato, que es
casi un espejo encontrando mi cara, que me
mira si le miro, y como yo tiembla contenido
ante la tarea de sofocar el hambre:
con su rostro de grasitas y vapores que
se impone apetitoso, aunque verane el día,
y tiembla y sala como mi misma gota de sudor, y
no es menos dionisio que yo entre locros y lacras.
Ay pucherito-espejito mío.
Quién más que yo sabe de tu agonía cuajada,
de tu gloria encebollada en olla quemada
que compila los aromas de la infancia
y reduce a un caldo el drama del asfalto.
Y este pedazo de mandioca
junto a mi plato de puchero, que
ahora mismito se parece a mi país,
hecho puré entre mis dientes:
blanco tirando al gris pálido,
lánguido, y sin más esperanza
que ser morfado a la que se crio
e ir a parar a la cloaca.
Ay mandioquita y paisecito míos,
yo solo sé que lo sé todo.
Es más, que todos saben todo.
Pero saber, comer y decir
son cosas distintas.
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Juan Pablo Mercado (La Rioja, 1996)
La Rioja es expansiva y Juan Pablo es un sujeto maravilloso. Punto. Cada vez que abría la boca, podrían salir dos cosas: o un comentario descostillante y certero, que era proferido con una total seriedad, o alguno de sus poemas que evocan paisajes internos, vastos y con poca vegetación, que se despliegan en la oscuridad de lo sensible, y expanden esta intimidad hacia el exterior.
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VI
Nada retrata tanto
la desesperanza
como decir:
así transcurrieron días
meses, años.
Plazas y casinos
recubren el oxidado
mundo industrial
descansando en piedras
de puestos en rutas provinciales
las mismas pesan
el espíritu interior.
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La oscuridad
De verdad, cualquier cosa
que haya en la oscuridad
puede ser un peligro.
Si los interruptores funcionan
inaugurarán una torre de control
habrá latitud y longitud.
Se visualizaran:
la ira, la tristeza y el amor
en trayectos sin brújulas
No es posible crear
un mapa de la oscuridad
marcar un tesoro.
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Martín Gomez (Rincón, 1999)
Martín fue otro de los personajes increíblemente dulces de la residencia. Trajo poemas románticos y eróticos, pero en cada uno se dejaba ver cómo muchas veces, el que te permitan querer es una lucha, una batalla constante contra aquellxs que pretenden no dejarte ser quien realmente sos.
Romper un espejo
Me gusta abrazarte con los ojos
si vos me sonreís
nos espiamos de reojo
sin vergüenza
me tengo que bajar
quiero seguirte
y no puedo dejarte un rastro.
Yo leo un librito de poemas
vos un apunte gigante
solo excusas para no mirarnos
y la evidencia de poder
romper un espejo
nos vemos
me paro
antes de tocar el timbre
te regalo la última mirada
volvés rápido a tu apunte
con una risa
confirmo lo que venía dibujando
nos gustamos.
*
Ceno en casa
leo la solicitud
me buscaste en Facebook
57
y te yo respondo
como una casualidad hermosa
hablamos algo banal solo por hablar.
*
Invento algo para invitarte a caminar
te cuento un cuento
que escribo con las letras de los carteles
y el señor que pasea su caniche
nos mira como chapamos
frente al local de motos.
*
Me sorprendés
hablás sobre la música
solo por preguntar
a las 6 de la mañana
si podés hacerme un pete
vos el machi de tu grupo
me descolocás
pero me haces feliz
tenés una risa que se escucha a una cuadra
y una mirada que traspasa el sentido común
Sí podés
Vamos arriba.
*
Me subo a tu auto
apenas te conozco
la intuición no me falla
sos un buen pibe
y reconozco cuando no.
*
Me dan miedo la policía y los autos polarizados
no puedo evitarlo,
no puedo no verme en el espejo
siento rabia cuando me preguntan cuánto cobro
si yo no cobro y no me interesás un gramo
Hago música me gusta componer
también quiero ser profe y voy a hacer lo posible
para que tus hijes no sean forros como vos.
*
Falté unas 8 veces para ir a tu casa
no me importa quedar libre
puedo rendir en cualquier momento
58
pero encontrarte a vos es más difícil
No hay rincón de tu casa
en el que no nos hayamos chupado la pija
no hay rincón que no hayamos besado
de las orejas al culo
de la frente a los pies
todavía encontramos nuevas formas.
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Micaela Tapia (CABA, 1998)
Los poemas de Mica me cautivaron mucho antes de conocerla, cuando me llegó por el mail el cuadernillo con la poesía de mis compañerxs. Las imágenes sórdidas que utiliza, su forma del decir, la manera en que construía escenas que se te retorcían dentro del pecho, todo me pre-cautivó. El poema que voy a pegar acá, se me quedó pegado en la cabeza casi como una canción: su lectura, robótica y acelerada, era una especie de hechizo que hacía que no puedas dejar de prestar atención.
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un niño nace prematuramente en una lavandería de chivilcoy
un niño nace tempranamente en una lavandería de chivilcoy
un niño nace inconvenientemente
resulta inconveniente el nacimiento de un niño en chivilcoy
un niño nace y todos dicen no tengo nada para decir sobre la vida
y está bien
un niño nace y todavía no podemos decir nada sobre la vida
un niño nace y nunca va a conocer el día en que nació
un niño nace y su madre muere durante el parto
su nacimiento fue una muerte
su muerte tomó lugar en un nacimiento inesperado
la mujer que nunca fue madre murió con un niño entre las piernas
es una mañana soleada en chivilcoy
es una mañana soleada en chivilcoy y nace un niño que nunca va a ser hijo
un niño nace problemáticamente sobre el piso de cerámica en una lavandería
sobre el piso de cerámica están las piernas muertas de una mujer sosteniendo a un niño
nacido problemáticamente
durante las primeras horas de la mañana los rayos de sol entran decisivamente por la ventana
de una lavandería en chivilcoy
un niño se demora once horas en nacer y por consecuencia mata a su madre
un niño mata a la mujer que nunca fue su madre
un niño nace en una lavandería interceptado por los primeros rayos de sol de la mañana
los primeros rayos de sol iluminan los pisos de cerámica y las piernas de una mujer a través del
ventanal
a través del ventanal alguien dice nacer es toda una muerte
nacer es un acto que no precisa nada más que una muerte
un niño llora dentro de una lavandería y una mujer es arrastrada, tomada por los pies hacia
donde los primeros rayos de sol no pegan una mañana en chivilcoy.
una mañana en chivilcoy un lavarropas cumple las mismas condiciones que una incubadora
en una lavandería una mañana en chivilcoy un niño es olvidado por las piernas muertas de su
madre
las piernas muertas de su madre por una ausencia se esconden donde no pega el sol
dentro de un lavarropas crece un niño olvidado en chivilcoy
dentro de un lavarropas se olvidaron a un niño durante las primeras horas de la mañana
un niño crece en chivilcoy
un niño nace y crece inconvenientemente en una lavandería olvidada desde una mañana de
sol
desde una mañana de sol un niño crece succionado la humedad del lavarropas más secreto de
chivilcoy, nutriéndose de las fibras textiles en un lavarropas desde una mañana de sol
un niño yace sobre un tender olvidado tras las piernas muertas de una mujer
tras las piernas muertas por una ausencia un niño yace sobre un tender olvidado en chivilcoy
sobre un tender olvidado yace un niño
nadie llora un niño sobre un tender una mañana de sol.
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Roberto Valdivia (Perú, 1995)
Y último pero no menos importante, Roberto, quien para mí fue la otra estrella de rock (o de post-punk si él prefiere) que conocí en la residencia. Roberto me hizo recordar una suerte de vitalidad poética que había olvidado por completo: siguiendo bastante a la alt lit, sus poemas «sentimentalitos», y su forma de leer que nos exigía constantemente «hey, uds, aburridos, ¡¿por qué no bailan?!, me hicieron recordar por qué me gustaba tanto la poesía, y por qué había empezado a escribir en un primero momento.
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imagina a javier heraud y maría emilia cornejo
sobre un pasto que es todo el pasto del mundo
echados, profundamente enamorados
mirando al cielo como si miraran
los ojos del otro
imagínalos a los 16
sin una sola idea sobre lo que les va a pasar
y siendo aún lo suficiente ingenuos para creer
que un momento así va a repetirse
imagina el brazo de javier sobre los hombros de maría
contando estrellas como todos los adolescentes
porque son ellos
todos los adolescentes
hinchados de orgullo
derrotados o
desamparados como la luz de un planeta que apenas ha nacido
me gustaría recordarles no olvidar
quitarle una hora más a esa única noche
me gustaría decirles que el tiempo cae demasiado rápido
a través de las manos que toman la arena en la playa
y pensar en dormir es dispararle a una mariposa de escarcha
lo único absurdo está en no darle un minuto más
a este cuadro perfecto
la juventud y su eternidad se derrumban
en la boca del que vive esperando
la vuelta de aquel querido cometa
y pasa cantando que la belleza es un sol
que alumbra todos los días
imagina a javier heraud
imagina a maría emilia cornejo
profundamente enamorados
respirando con la respiración de las margaritas y los astros de madrugada
imagínalos encendiendo un par de velas atentamente
en medio de un bosque sin personas
hablando palabras que nunca comprenderemos
mirándose a los ojos
atesorando cada milagroso segundo
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(Y bueno, también estaba yo, Valeria, pero no voy a autopresentarme. Si gustan leer algún poema mío, pueden encontrar por acá, por ejemplo: https://trafkintu.com.ar/valeria-mussio/mama-me-enamore-de-mi-puntero-seis-poemas-fantasia/?fbclid=IwAR2ezUsx2dzAJwtP9NbmN2MLMaZvaMZ9Ps6sZLt4v0PkPzzP7bIjXfQgSsQ )