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(Barbara Deming, en su ensayo «No podemos vivir sin nuestras vidas», dice que desde siempre las mujeres escribimos para defendernos de la destrucción de nuestra subjetividad, de la disolución de nuestro yo en el yo de otro)
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Jane Eyre tenía solo diez años cuando su primo John golpeó su cabeza y la hizo sangrar.
Jane Eyre lo ataca con uñas y dientes.
Jane Eyre le dice al Señor Blocklehurst que para no ir al infierno, debía evitar morirse.
Jane Eyre le dice a su tía Reed que la odia.
Jane Eyre es encerrada en Lowood y le dan de comer avena podrida.
Jane Eyre se hace amiga de Helen Burns pero Helen Burns se muere de tuberculosis.
Jane Eyre crece y se vuelve una profesora del internado.
Jane Eyre camina por el campo y dice “quiero conocer el mundo”.
No sabe si ponerse unas calzas deportivas o un vestido de algodón para su travesía.
Jane Eyre abandona Lowood y empieza a trabajar como institutriz en Thornfield House.
Cada dos días alguien le recuerda a Jane Eyre que, la verdad, es bastante fea.
Jane Eyre se encarga de la educación de una pequeña muñequita francesa.
Jane Eyre piensa bastante mal de los franceses.
Jane Eyre conoce al Señor Rochester cuando este se cae del caballo en el campo y la acusa de ser un duende.
Jane Eyre dice que los duendes se han ido volando a la Luna.
Instantáneamente, Jane Eyre y el Señor Rochester se enamoran.
Jane Eyre se transforma en la Irene de Estanislao Balder.
Pero Jane Eyre está convencida de que el Señor Rochester está enamorado de la Señorita Ingram.
Jane Eyre dibuja un cuadro de su cara fea, y al lado, un cuadro de la graciosa cara de la Señorita Ingram.
Jane Eyre mira los dos cuadros satisfecha y se repite: “acordate de esto: sos fea y valés poco”.
Jane Eyre se harta de su marido torpe y su vida pequeñoburguesa en un pueblucho insignificante de Francia.
La tía de Jane Eyre está muriendo y llama por ella.
Jane Eyre decidió que ella misma compraría las flores.
Jane Eyre visita a su tía y ella le confiesa que tiene un tío rico que va heredarle su fortuna, pero que se encargó de hacerle creer que estaba muerta.
Wow, dice Jane Eyre.
Por suerte soy católica y te perdono, dice Jane Eyre.
“Has nacido para ser mi tormento, chiquita”. La tía de Jane Eyre muere de una embolia.
Jane Eyre vuelve a Thornfield House convencida de que el Señor Rochester va a casarse con la Señorita Ingram.
Jane Eyre se sume en un estado de inmensa depresión después de dejar a su novio, el Señor Mackenzie.
La señorita Ingram es depreciable y Jane Eyre le confiesa su amor al Señor Rochester.
El Señor Rochester le propone matrimonio usando estas palabras: te amo a vos, criaturita feúcha e insignificante.
Jane Eyre grita terriblemente cuando el Señor Wronski cae de su caballo durante las carreras.
Ella queda desnuda ante los demás.
Ella y su amor prohibido, desnudos ante los demás.
A Jane Eyre le desagrada que su futuro esposo sea tan dominante y quiera llenarla de regalos.
Jane Eyre es muy pobre y odia su situación.
Jane Eyre fue enviada en un barco repleto de inmigrantes desde Italia para casarse con un hombre desconocido en Argentina. Tenía solo 17 años.
Jane Eyre ve reflejada en el espejo a una mujer desencajada que desgarra su velo de novia.
Jane Eyre se reconoce peligrosamente en esa mirada.
El futuro esposo de Jane Eyre ya estaba casado con una mujer que estaba loca.
Jane Eyre lee la novela Cumbres Borrascosas y se impresiona demasiado cuando Heathcliff revienta su cabeza contra un árbol y grita NO PUEDO VIVIR SIN MI VIDA luego de que Catherine muera.
Afirma “no entiendo a mi hermana” y no se da cuenta de que estaban escribiendo sobre lo mismo.
Jane Eyre se siente como un teléfono descolgado luego de que su amante la utilice.
Jane Eyre se dispone a huir.
Jane Eyre mete su cabeza adentro del horno después de prepararles el desayuno a sus hijos Nicholas y Frieda.
En un poema, Jane Eyre afirma que su hija estaba loca y que se cortaría el cuello cuando tuviera diez años, pero es su hijo el que se suicida como ella.
Jane Eyre deambula por campos desiertos de Inglaterra y cae rendida ante la puerta de un reverendo.
Jane Eyre se enamora platónicamente de una de las hermanas del reverendo.
El reverendo se llama St John y la pone a cargo de una escuela rural.
Cuando ve chicas tan embrutecidas, Jane Eyre se siente como un soldado que carga el cuerpo de un compañero que ha sido enviado al frente de batalla, sin preparación ni arma.
El tío rico de Jane Eyre muere y ahora Jane Eyre es rica. Dona las tres cuartas partes de su fortuna a sus nuevos hermanos.
Todo marcha bien para Jane Eyre hasta que St John le dice que pretende casarse con ella y llevarla a la India.
No de nuevo, decía Jane Eyre.
No hay una pizca de amor en los ojos de St John.
El corazón de Jane Eyre nunca será suyo.
Jane Eyre está intacta, y le es igual.
Jane Eyre mira “Expiación, deseo y pecado” y no puede creer que exista una película tan triste e injusta. Se pone a leer Orgullo y prejuicio para sentirse mejor.
Jane Eyre se da cuenta de que Jane Austen le hizo creer que todos los hombres imbéciles en realidad tenían un excelente corazón tras la capa de hielo que los recubría.
Jane Eyre cree que puede derretir esa capa de hielo y que entonces esos hombres querrán casarse con ella.
Los imbéciles son simplemente imbéciles, aprende por las malas Jane Eyre.
Ted Hughes destroza el corazón y la conciencia de Jane Eyre.
Jane Eyre escriba “La balada de la masturbadora solitaria”.
Jane Eyre escucha una voz fantasmal que la llama en la noche del primero de junio y resuelve correr hacia el Señor Rochester.
Vuelven a recordarle que, en efecto, ella es muy fea a insignificante.
Pero ahora Jane Eyre es rica y repite “soy una mujer independiente”.
La loca está muerta y prendió fuego Thornfield House.
Jane Eyre dice “no se considera spoiler si la novela fue escrita en el siglo XIX”.
Jane Eyre solo quiere dar clases de danza y vivir en un departamento propio en Nueva York.
En el timbre de su nueva casa, ella escribe su nombre que no entra completo, “Jane Ey”.
Jane Eyre vuelve a casa y se entera que Laurie se casó con su hermana Amy y sufre por su enorme soledad.
Las mujeres tienen mentes, no solo corazones, dice Jane Eyre.
Por suerte la loca está muerta y el Señor Rochester está ciego y mutilado.
Jane Eyre tiembla de amor por él como tiembla bajo sus pies la tierra.
Jane Eyre se encuentra con su señor y le toma las manos. Lo primero que dice es “mi señor, ahora soy rica y tengo independencia”.
Se sienta en sus rodillas y lo besa. Le besa los párpados ciegos y la nariz. Lo besa y repite “ahora, ahora soy tan fuerte
ya ves lo que puedo hacer
puedo destruir a todo el que pretenda dominarme
ahora que sos débil y estoy a salvo
que quedaste reducido a la nada y que soy rica
ahora que para siempre voy a estar intacta
ahora, ahora te amo más que nunca.”
Con cada beso, Jane Eyre devora lo que quedaba de ese hombre que delira por ella.
Mi alma es solo mía y soy tu dueña, repite para sí Jane Eyre.
Ella podría tragarlo completo si quisiera.
Jane Eyre jura que va a cuidarlo para siempre y cumple su promesa.
“No creo que dos personas hubieran sido más felices de lo que hemos sido nosotros” escribe Jane Eyre en su última carta, antes de meter piedras en sus bolsillos y hundirse en el río Ouse.
Jane Eyre será la primera mujer en recorrer el Océano Atlántico en avioneta.