Letras olvidadas

Sobre la mesa, en un papel mojado,

están desde hace un rato o desde siempre

aquellas letras olvidadas

que, como momentos sucediéndose,

se agrupan o se separan

corriéndose de los dos puntos

que anuncian definición.

Están mirando el margen con ganas de expandirse

y de salpicar hasta el vaso que las moja.

Son las letras cansadas del papel

y de los renglones,

de esa ventana y de esas rejas.

Quieren despojarse de la tinta que las detiene

y derramarse de las manos.

Están inquietas por desbordar

el límite de las frases

para vestir las dudas y las promesas

que se dicen acá, en este cuarto,

pero también en la vereda y en la otra cuadra.

Están invadiendo el espacio y los segundos

la casa y las caricias.

Quieren usurpar las palabras

a todas 

y a cada una.

Quieren llegar al centro mismo

de la palabra ‘PALABRA’

hasta hacerla estallar 

en mil superposiciones.

Son todas aquellas letras

que alguna vez

fueron encerradas

en el olvido

de una gota de tinta

y que hoy ganaron la mesa

juntas y en MAYÚSCULAS

porque ahora saben

que ni siquiera un llanto de papel 

puede detenerlas.