Luna oscura
Hay días que me reflejo en la luna y soy cielo que se llena de estrellas a las que dejo caer a cada paso para que, quienes pasen por allí, encuentren un destino que seguir.
Pero otros envuelta en mi oscuridad sobrevuelo las estrellas perdidas y las atormento tanto que hasta ellas (que son el camino) desconocen los pasos correctos.
Cuando estoy luminosa sé de cuentos por las noches y costuras de botones necesarios y amorosos
Pero cuando la oscuridad me alcanza el hilo y las agujas se convierten en las armas con las que atacar antes de defenderme.
Durante los días de luz hay silencios sanadores que comprenden decisiones ajenas y abrazan a quien está despertando de la peor de sus pesadillas.
Pero cuando no es así me convierto en la pesadilla que no querrás soñar y mis palabras muerden los talones de quienes no tienen siquiera calzados para el alma.
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Por eso, si algún día me ves venir de frente mirá bien con qué luces vengo.
Si me ves luminosa, no me creas, es solo una fase, la más mentirosa de todas, porque esa luz no es mía, se la robo a soles distraídos para encajar en los rincones de la vida.
Te recomiendo que si me querés verdadera me quieras oscura, mala y rabiosa, porque solo esos días soy capaz de magia.
Y si me querés cerca, no me busques en los arcoiris de colores porque no soy una luna reflejo,
yo prefiero habitar los conjuros prohibidos del infierno en el que reina la luna oscura, tu luna negra.