¿A dónde vas cuando los días no tienen colores?
Cuando la ventana solo me muestra gotas suicidas,
buscan entrar y decirme que sigo vivo aunque me pese,
cuando la tormenta implacable y altanera me desafía a salir diciéndome
–Dale flaco, vení.
Pero acá me quedo en la trinchera, preso del miedo
el miedo a que quizás, el agua me sane
o me lleve porque claro
¿es mucho mas simple quedarte en la zona de confort verdad?
me repito una y otra vez
aunque aquello requiera negarse a ver un mundo que nos desafía y choca
constantemente con en el frenesí de la vida,
del vivir, del estar vivos, pero
¿y el sentirnos vivos qué?
Hoy, aunque no hay tormenta y las calles aun mojadas reflejan el rostro pálido de la luna
elijo no salir.
Otra vez, y van…