Invoco a la calma
en esta hoja
donde tantas veces
conjuré mis locuras.
Con la tinta
de la misma birome
que en incontables ocasiones
Dibujó mis penurias
Llamo a la fuerza
de la transmutación del alma
que suaviza mis aristas
Y las convierte en mi calma.
Un brebaje,
caliente y con miel,
calmará mi garganta
que tanto ha gritado.
Y pensar, solo pensar
en el tacto de tu mano
sanará mi alma
que tanto ha sangrado.