Dos Poemas Sobre las lesiones Deportivas (y otras cosas también)

I.

Cada noche

mis órganos se despedazan

se contraen y distienden

Mis tejidos se agrietan

y mi voluntad se extingue.


Pero cada mañana

un tímido zorzal

revisa, curioso,

aquello que queda de mí

y comienza a trabajar.

II.

Todas las noches

me propongo rendirme.

Y luego

todas las mañanas

me propongo

empezar

de nuevo.

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