Sé del olvido cuando repito

su nombre.

Cuando cada sílaba tiembla

al salir de mi boca con pudor y odio.

Manos de hombre me asfixian

llevándome al vacío donde

la voz de mi madre acaricia con pena

los delirios que me arropan de noche.

El olvido me besa de espaldas con

los ojos ciegos

llenando el hueco con miedo y desesperanza

al partir.