Por allá, en el año de la distopía
existió un grupo
Estaba la joven fuego
que incendiaba almas con vida
el señor sombra
que sacaba espinas en la oscuridad y sonreía a la luz del día
el señor rimas
que despertaba mentes y espíritus con sus creaciones
don atardecer
que pintaba profundos paisajes y bellas palabras con el sol
y la joven sacerdotisa
que escribía sus profecías para que no se perdiera el registro de nada
El año de la distopía también fue un pequeño apocalipsis
bueno, fueron varios apocalipsis comprimidos
cada quien tenía su fin del mundo
porque todo estallaba:
los huesos, las carnes, los deseos, los amores, los hígados, las decisiones
y este grupo se propuso rebelarse ante el destino
quisieron sobrevivir
usando sus artilugios y sus talentos
La joven fuego lloró mares de lava
incendió tristezas
el señor sombra coleccionó las espinas que iba sacando
las transformó en armas
el señor rimas invocó espíritus urbanos para la batalla
don atardecer diseñó los más hermosos refugios para descansar después de la guerra
la joven sacerdotisa detalló en sus papiros las hazañas de sus compañeros
para que la memoria futura nunca fallara
Y lucharon
dieron mucho, casi todo
hasta quedar debajo de pesados escombros
se les oprimía el pecho
el aire de sus pulmones se esfumaba poco a poco
los hacía llorar de dolor
entonces, pasaron sus manos por entre los restos como pudieron
tratando de alcanzar a sus compañeros
y se dieron las manos
así juntaron la suficiente fuerza para cumplir el sueño que tanto habían anhelado:
sobrevivir a sus apocalipsis
Con los últimos vestigios de vida
respiraron como pudieron
así, juntos surgieron de las cenizas e hicieron arte
Tengo 26. Soy de Bahía Blanca. Estudio Letras en la UNS.
Escribí un libro de cuentos y poemas «Contrastes, un poemario «Poemas Siniestros para un suspiro» (subido a Trafkintu) y «En el vacío también transcurren las horas» (también de poemas). Podés seguirme en insta @dama.rixx