Pensaba en un título copado que prometiera mucho y defraudara en las primeras líneas. No sé en realidad sobre qué escribir pero tengo ganas de hacerlo. ¿Cómo se hace en estos casos? En realidad tuve un par de ideas pero me desdije en el camino y ahí fue que apareció este título nacido quizá en un capítulo de los Simpson. No sé. Digo, apareció como la orquídea fantasma de la película El ladrón de orquídeas (me identifico con el guionista neurótico interpretado por Nicolas Cage). Pensaba escribir sobre esa película, quizá lo haga después o nunca. También quería hablar de poesía y poner un título como: «La poesía es una diosa que se muda». Hablar sobre algo que creo cada vez más firmemente: la poesía ya no está en el poema. En fin me la paso iniciando textos prometedores que quedan en encajonados a espera de ese impulso tectónico que llega cuando se le antoja. Ahí se ven…