LOS IMPRESCINDIBLES

 Los imprescindibles pueden ser cosas o personas. Ejemplo de algo imprescindible para todo lo que vive, biológicamente hablando, es el aire y el agua, después vendrán los nutrientes, la vestimenta y el amor. En las cosas y especialmente en los sistemas lo imprescindible es que cada pieza mantenga su calidad y haga el trabajo para lo que fue creada.

 En este ultimo aspecto parece todo muy simple. Cada pieza en una maquinaria es imprescindible para que esta funcione correctamente al propósito para lo que fue creado. Sin embargo bien podemos darle jerarquías a ciertos elementos, o más importancia, algunas partes hasta pueden ser reemplazadas en su función central, y todo continua, con menos efectividad, que se van a notar a medida que transcurra el tiempo, funcionando de manera defectuosa.

 Pero ¿que nos pasa cuando trasladamos esto en una maquinaria humana, el mundo, el país, la ciudad, la comunidad o el clan familiar?. Anunciar o mostrar que una persona tiene un papel de imprescindible en la familia es, por un lado, una virtud, pero por otro lado un desequilibrio que tarde o temprano trae sus consecuencias.

 Ante esto, la pregunta que nos hacemos cuando detectamos un imprescindible, en el seno familiar es: ¿que pasa si cuando ya no esta?. Creería, que de alguna manera, todo el resto reacciona, se acomoda. Estará el que no soporta la ausencia y queda viviendo en el recuerdo, de un presente inamovible, estará el que empiece a ver lo que antes no había visto, la grandeza del que ya no está, pero también empezaran a verse los otros sin ese que era imprescindible, veremos nuevas fortalezas o las debilidades, los resilientes o miedosos, las personas que se descubren, nuevas, sin el esmalte de quien los protegía, cubría, cuidaba o hacia lo que les correspondía a otros.

 Los imprescindibles mueren, o suelen irse antes que otros, con la gloria de lo que fueron, de sus hazañas, del amor o construcción que lograron; pero, los imprescindibles se olvidan, muchas veces, de prescindir de ellos mismos, y ante ese cansancio o la exigencia de los merodeadores, y dependientes deja de funcionar su habilidad para liderar. Aunque creo hay una diferencia entre la postura de líder, que ayuda, acompaña, enseña y delega, y la del imprescindible, que en su afán de poderlo todo tiende a paralizar, hacer sombra, acaparar la atención por su tenacidad y fortaleza; ¿esta mal?: quizás No. Aunque si genera un desequilibrio o acostumbramiento, que se nota mucho, especialmente, cuando ya no están.

 Los imprescindibles siempre son necesarios para que toda una maquina, empresa o proyecto se eleve hasta la cima, ellos gastan sus fuerzas, pero no se enmohecen, entrenan sus músculos y así se fortalecen y luego, si enseñaron bien, puedan perpetuar en los otros, pero si solo quedan en su imprescindibilidad, todo se desmorona.

 De alguna manera, entre los que convivieron, quien pueda ver, mas aya de lo visible, quien despierta con pequeñas maniobras o humildemente, pueda volver hacer andar la maquina y aliente al resto a funcionar y así todos se acomodan nuevamente, hasta con un nuevo propósito. Pero si el imprescindible fue demasiado importante en su función, quizás las piezas se desglosen, separen o pierdan sentido en sus propósitos dentro del clan. Nadie es desechable, de alguna manera, mientras tengamos vitalidad, todo se transforma, re utiliza, en otros ámbitos, a veces inesperados para nosotros mismos.

 La comparación de los imprescindibles como piezas importantes de vida en relación a una maquina, es fotográfica, pues hay un ingrediente que todo objeto no tiene: el amor. Este hace maleable cualquier función, este hace transformable su desgaste en una manera nueva manera de funcionar, hace los milagros, que la ciencia objetiva, exploratoria o de laboratorio, aun no puede explicar o dar respuestas a esos despertares o nacimientos en plena vida madura.

 Los imprescindibles tienen una tarea agotadora, otras los llenan de orgullo, algunas veces ponen en el lugar de la sombra a los que lo rodean y cuando ya no están sera, la fortaleza de cada uno, que le permita sacar a la luz lo que tenían guardado o estaba en la comodidad de las penumbras, cuando, inconscientemente, los imprescindibles, nos dejan sin saber quienes somos realmente.

 Este texto nos interpela: ¿donde estas vos en la maquinaria de tu clan? ¿Sos imprescindible, equilibrada o la pieza que algún día se transformara?

24 noviembre 2023.