Decime

me dijiste

decime

si querés que me quede

mientras amenazabas con irte

y yo intentaba

retenerte con abrazos;

pero no

decías

decime con palabras

para que pueda saberlo.

Casi siempre estoy temiendo

que las palabras no alcancen

porque son pequeñas

y en el fondo

no dicen nada.

Por eso intento rodearlas

esquivarlas

reemplazarlas

para que

en algún momento

de alguna forma

puedan llegar a tus oídos

a algún oído

sin estar vacías

muertas

manoseadas.

A veces me enojo

con las palabras

pero ellas son así:

no tienen la culpa

de haber enmudecido.

Decime

me decís

decime o me voy

pero no puedo decirte

vos sabés que para mí

las palabras no dicen

ni lo que están diciendo

y entonces

no puedo decirte nada

porque lo que digo

en realidad no dice

o si dice se pierde

en algún lugar

antes de llegar

a tus oídos;

pero incluso si llega

yo sé que vos

escuchás música muy fuerte

y difícilmente

vas a oír

lo que quede de lo dicho.

No, no hay esperanzas

el lenguaje no sirve

debo callar

callarme para siempre

enmudecer

como la lengua misma

[…]

Quedate