Acuarela «La muerte de Martha» por Verónica Ocantos

Capítulo 19: Naturaleza en estado puro

     La localidad de San Marcos Sierras se encuentra ubicada a 138 km de la ciudad de Córdoba, en el departamento de Cruz del Eje. Se accede por la Ruta N°38 hasta el Km. 112,5 y desde allí se toma el camino de acceso pavimentado de 12 km. que los dejará en la entrada del pueblo. Se destaca San Marcos por la tranquilidad de sus pobladores y por la pureza de su ambiente, lo que la convierte en punto turístico de referencia para quienes escapan del ruido, la contaminación de las grandes ciudades y problemas existenciales tales como haber perdido una mascota, haber sido violada en manada por futbolistas excitados o querer dejar de trabajar para un municipio del conurbano incluso aunque uno haya sido una especie de superhéroe con la facultad de volverse invisible. A su vez, el pueblo se halla inmerso en una atmósfera propicia para el abandono de vidas pasadas y goza de una incipiente corriente de posibles amores nuevos, atmósfera atribuida a la diversidad experimental de los cultivos por los pobladores más longevos, atmósfera atribuida a supuestos antepasados provenientes de otros planetas (sic) por los historiadores locales encolumnados en la corriente revisionista mitológica. Este lugar fue descubierto por el movimiento hippie que tuvo gran relevancia y actividad en la década del 60, estos buscaban tranquilidad y reposo y en San Marcos Sierras encontraron el lugar perfecto para hacerlo. Este lugar fue descubierto por Diego en un viaje anterior, con Tony su novio del pasado, ese que le ha costado tanto olvidar o lo que se haga con un novio una vez finalizada una relación de amor, de esas que lo dejan a uno llorando un rato largo y pensando en el otro a pesar de saber que la memoria selectiva elige siempre los momentos dignos de ser recordados y no la cantidad de sensaciones de mierda que lo llevaron a uno a liquidar de un disparo entre las cejas a la relación.

     La localidad es estupenda para realizar actividades relacionadas con el turismo ecológico y alternativo, se puede realizar trekking en las montañas aledañas, caminatas por los callejones llenos de frondosos árboles verdes, respirar aire puro, tomarse de las manos con el rubio del que casi uno está enamorado, parar cada dos por tres para besarse, liar un porro, tirarse bajo algún mistol y pasarse su fruta redondita y morada de boca en boca. Las cabalgatas son una buena opción para disfrutar de la naturaleza que nos brinda este hermoso lugar de la provincia de Córdoba, aunque los amantes prefieran las caminatas porque pueden coger sin necesidad de estar atentos a que los caballos alquilados se pierdan por algún sendero velado, aunque en el caso de Diego y el rubio no tengan la necesidad de rentar a los animales pues se los prestan como a todo vecino estable del pueblo.

Paseos y lugares de interés turístico:

Un encuentro con la historia

Iglesia de San Marcos: el edificio viejo de la Iglesia de San Marcos, fue terminado en el año 1691 y remodelado en 1734, desde entonces conserva su fachada de un estilo marcadamente manierista, el frente de la Iglesia es triangular y está rematado por un coronamiento con pináculos sobre el cual hay una cruz, en el lado derecho encontramos una torre con campanario. Entre sus paredes se pueden observar rastros del trabajo realizado por indígenas, seguramente esclavizados en nombre del Señor. En su interior hay una imagen del patrono de la iglesia realizada en madera policromada. La puerta original de este templo se conserva en un molino ubicado a tres kilómetros del lugar, aguas arriba del río San Marcos. En su interior, la primera vez que el rubio llevó a Diego a conocer semejante monumento, mientras permanecían sentados observando el interior del templo y ganados por el fragor de la calentura propia de los recientes casi enamorados, se masturbaron, tanto que después a Diego le dolía el pito por los masajes repetidos de su compañero. En su interior también, en caso de que uno hubiese podido ir luego del cariño recíproco entre ambos amantes, podríamos haber encontrado rastros de ese amor sobre las maderas que un domingo cualquiera sirven de reclinatorio para los feligreses.

Cristalinos e imperdibles

La Quebrada del río San Marcos: recorriendo sus márgenes se podrán apreciar los morteros aborígenes y la acequia vieja (La Atalaya). Actualmente constituyen un área natural protegida, para su preservación. En tanto, también sobre el Río San Marcos, pasando el dique, se encuentra el viejo Molino Harinero del Siglo XVII, en pleno conocimiento de esas orillas primaverales, tanto Diego como el rubio no pudieron contener sus efluvios naturales eyaculados sobre el caudal del Río apto para los baños de los turistas. Además, remontando el río San Marcos se encuentran dos fuentes de agua hipotermales: Agua Mineral Grande y Chica. La primera cuenta con gran riqueza en sales de hierro, calcio y magnesio y su temperatura es de unos 22° C. La segunda, posee menor dimensión y caudal y se encuentra subiendo unos 200 metros por el arroyo Las Cañas o de Charbonier. Tanto en un una como en la otra, los amantes se han bañado desnudos en pleno invierno, solos ante la inmensidad de la música de la naturaleza que a veces gusta y a veces molesta. Probablemente sus resfriados provengan de esta aventura que el turista no debería dejar de experimentar.

Río Quilpo: este precioso río se encuentra a 6 km. de San Marcos Sierras, posee las mejores ollas para bañarse en verano, sus aguas cristalinas muestran a la fauna del lugar junto a su inmensa vegetación. También estos bordes fluviales han sido cómplices de los amantes quienes parecen propensos al sexo al aire libre (Diego siempre lo ha practicado: en terrazas del club cuando niño, en baños de estaciones de tren, ni qué hablar con Tony y en la invisibilidad), allí se han acariciado, se han besado, se han mimado, parece que se han amado, o al menos algo parecido a eso. 

Un lugar íntimo y de silueta magnética

San Marcos Sierras es ese sitio al que siempre querrás volver. También Diego querrá volver alguna vez. Querrá volver porque se va a tener que ir, va a decidir volver a Lomas de Zamora una vez que dos jóvenes rubios, de pelo corto, fibrosos con el torso desnudo, tatuados y sendas remeras anudadas en la cabeza a modo de turbante para el sol, y una chica rubia, muy alta con shorcito blanco bien metido entre sus glúteos un poco artificiales lo interrumpan en su estadía en la magnética San Marcos:

—Hola, hermano, la mataron a Martha.

Por mayor información:

www.cordobaturismo.gov.ar

www.sanmarcossierras.gov.ar

Acá debería ir la «Oda para un hippie» de Ástor Piazzolla con su conjunto 9 pero desde que modificaron la página no me permite insertar los enlaces.