Acepto…

Acepto que no acepto lo que era

Porque no sabía quién era, no acepto a quien quise ser

Acepto que no me considero poeta por mi mediocridad intelectual

Acepto qué, aunque haga poesía no me considero poeta porque no la considero poesía como tal 

Juntar una rima seguida de otra rima, no es otra cosa más que hablar por hablar, disimular ser un artista del bien cuando, hacer no te hace artista 

Es igual a tirar pelotas al aire y llamarte malabarista 

O hacerte un café con espuma y llamarte barista

Así que no, no me considero poeta, porque soy malo hasta para poner aristas 

Me considero carente de ese sentimiento universal que hace al escritor sentirse dicho entre sus colegas 

Al cantante visto por quinceañeras 

Y porqué no, al albañil un constructor de obras y de penas

Porque no, no soy poeta 

Me guardo constantemente en un relicario que ya no arde por entender lo que hace falta para crecer 

Porque no, no me considero artista 

No veo un lienzo en cada superficie de mi andén 

Veo el frío pavimento que algún día habrá de temblar y caer

No me veo intenso, no me veo en el ayer 

Me escape de una rutina para poderme ver y entre a otra rutina dónde no me sentía íntimo ni en mi propia piel 

Así qué, como podría ser poeta 

Cómo podría jactarme de retratar más emociones que palabras 

Si mis palabras no suenan como la miel