Una vez alguien me dijo: esto es como un diario íntimo; 

Lleno de lenguaje, lleno de erudición, repleto del conocimiento y eso lo hacía aún más lento.

Viajando a donde no lo esperaban,

Le quedó el solo sabor de una puñalada. 

No se enfrentó al destino ni mucho menos 

Vació equipajes.

Se quedó en las puertas del purgatorio

Sin saber que hacia 

Si se metía de lleno o se mecía sobre la piedra luna.

Frágil de cerebro, guardó cada palabra mientras anochecía

Abajo del suelo le llamaban los abismos 

Pero él no sabía ni quién era, ni luchaba por él mismo. 

Se franqueaba como el árbol sobre el viento,

Parafraseaba como las estrellas en el firmamento.

Se acostaba entre la nada, y no sabía que ella bailaba,

Entre los ruidos de la madrugada 

Soñaba.

Era el sueño que había soñado una vez en la mitad del día, mientras los ojos le dolían,

Despertaba y no sanaba la melancolía. 

Era tarde y la noche lo vencía 

Cerrando las persianas del corazón sin saber ni una mierda del amor. 

Y como solo le quedaban las palabras, el viento se las llevó sin convicción..

Y abajo en el fondo del dolor

Sembró la ruina y la traición.

Cuando sea la tumba la salvación bajarán los ángeles y le dirán con razón; 


Es que los cobardes no están hechos para el amor.