Sabemos bien que el auge de las tecnologías digitales trajo un incremento exponencial de la cantidad de escritores y editoriales, como así también de chantapufis y escribientes de cabotaje. El mundo de la literatura no se condice con las idealizaciones románticas e inocentes que quienes escriben proyectan en él. Es cierto que hay excepciones, cariño sincero y lecturas generosas. Pero priman, ante todo, las rencillas, el conventillismo, la competencia, el negocio burdo, el comercio pautado de intereses, el trabajo no pago, las pagadas de piso y un largo etcétera. En definitiva, somos varios y nos conocemos bastante, por lo que esta pandemia es una buena ocasión para allanar el camino a los premios. Si estos consejos se siguen al pie de la letra, quienes sobrevivan tendrán el camino mucho más fácil. Úsenlos con sabiduría para exterminar a la competencia del modo más obsceno que puedan.

1- Aprovechar la coyuntura:

a) Un coronavirus no cae del cielo todo el tiempo. Si hicieras un FODA, ¿dónde lo pondrías? Usalo a tu favor. Pensá cuántas presentaciones de libros se supendieron en BS. As. ¿Cuantás había por semana? ¿Cuatro, cinco como mínimo? Multiplicalas por un promedio de veinte personas. ¿Cuánto te da? Imaginate a toda esa gente en tu casa. Es tu momento para sacarle el polvo a esa edición por la que pagaste con un riñón y que encima no te distribuyeron. Presentá ese libro en tu casa y contagiá, contagiá.

b) Si ya hiciste eso, pensá en los demás y convertí tu casa en un centro cultural del contagio. Que sean otros quienes presenten libros. De paso les cobrás un poco y te hacés unos manguitos.

2-Si sucede conviene

a) Quizás no seas tan fan del realismo mágico, pero podés usar algunos de sus recursos para tus publicaciones en las redes. Por ejemplo, podés escribir un poema que hable sobre cómo la naturaleza tiene conciencia y nos mandó una pandemia para que aprendamos.

b) En tu vida de empleado nunca tuviste tanto tiempo libre. Escribí todo eso que tenés pensado. Escribí rápido y compartilo sin darlo a leer. No esperes que se asiente. El fin del mundo puede ser mañana. La ansiedad dispara rápido.

c) ¿Corregir? El próximo texto reemplaza al anterior. ¿Para qué perder tiempo?

3- Limpiá tu alma

a) Tenés catorce días, cómo mínimo, para hacer catarsis. Ponele palabras.

b) El poder purificador del arte les exige a quienes escriben que le expliquen al mundo cómo deben vivir. Hace falta más literatura consignista. Si no enunciás en verso una verdad espiritual, no existís.

4- Como es arriba es abajo

a) Todo pasa por una razón. ¿Se suspendió el taller de narrativa? No lo necesitás. El mundo se abre ante tu voluntad. Decile chau a ese grupo de contención y convertite en freelancer. La suerte estará de tu lado.

b) No creas todo lo que se dice sobre la lectura. El tiempo que pasás leyendo es tiempo perdido de escritura. Cuanto menos leas, más vas a crear.

Podés coronaviralizar este contenido estornudándolo para tus seguidores, entre los cuales debe estar lleno de escritores que quieren tu comida, tus lectores, tu casa, tu perro y tus editores. Exterminá a los zombies con esta fake new de self helping y ganate un lugar en el en el Olimpo del canon.