Federico
Hace algún tiempo en la localidad de Monte Hermoso, nos reunimos por varios años, un grupo grande de escritores, músicos,
Durante mucho tiempo la pregunta fue por el ser de la literatura y después se pasó al para qué sirve la literatura. Más sensata que la anterior, esta pregunta dio lugar a muchísimas repuestas, casi infinitas según la posición adoptada. La literatura puede describir cómo echan humo las chimeneas de las fábricas o puede tomar la palabra para afirmar su propia imposibilidad de hablar.
El asunto es que, como designa un vacío, la literatura es siempre lo que pasó antes. Por eso se frustraron los intentos de fijar una definición. Cada vez que se dice “es esto”, la literatura ya está en otra parte.
Igual que en las Metamorfosis de Ovidio, cuando a Filomela le cortan la lengua y la encierran, pero igual se las arregla para contar su historia: la borda en una tela. Luego se convierte en ruiseñor, y quién sabe qué más ocurrió después.
Como en el mito, la literatura no tiene otra obligación que la de mutar. Dicho de otra manera, la literatura es siempre lo que está por venir.
Juan José Guerra
En el nombre del hijo En este día y en todos los días pasados y futuros te regalamos un nombre,
Meses después de la muerte de su madre, para escapar del resto de la familia y de las disputas de
Dolor distinto al que estoy acostumbrado a vivir, sufrimiento que siento equívoco invade dentro de mí. Dolores persistentes de una
“¿Por qué tenemos que ir tan lejos para estar acá?” Es la clase de pregunta que pareciera no tener respuesta