Te dejo pasar de nuevo, entras ahora con otro desparpajo y con la soltura de quien alguna vez intento habitar este lugar. 

Das vueltas y vueltas por donde habito ¿qué buscas? ¿qué queres encontrar? 

Tus manos escarban el escritorio, corres los libros, abrís una agenda y te reís por mis notas ambiguas sobre la expansión… me repetís que soy una chiquita muy ambiciosa y de repente me perdes de vista. 

Nos encontramos, te explico como funcionan las cosas y queres estar más adentro. 

Siempre pensé que los techos de este lugar eran demasiado altos o yo demasiado chica, pero sin embargo todo tiene un nuevo tamaño cuando vos rondas. 

¿Qué hay de distinto acá? 

Me decís mientras seguís dando vueltas las cosas (como si no resultase de igual forma dentro de mi), te das por vencido te das cuenta que nada ha cambiado lo suficiente.

Nos vamos.

Nos volvemos a encontrar.

Nos despedimos.

¿Qué querés encontrar?