¿Qué nos pasó Amor Mío?
¿Por qué me encuentro
tan triste y solo?
¿Por qué te fuiste
destruyendo todo a tu paso?
¿Aún no has aprendido a respetar casas ajenas?
Nunca hubiera funcionado,
porque mi amor es una promesa genuina de eternidad,
un abrazo in aeternum,
un beso inmortal.
En cambio, tu amor no es eso.
No puedo odiarte,
tampoco puedo amarte,
pero te odio y te amo,
porque eso somos los humanos,
eternas contradicciones,
perpetuas discordancias.
Y el problema no es que
no supieras amarme,
sino que nunca quisiste
aprender cómo hacerlo.
A pesar de todo, te amaré eternamente,
cumpliré todas las promesas que hice,
porque es lo único que permanece
en este eterno presente.
Anhelo que seas feliz,
te deseo una vida maravillosa,
te seguiré dedicando poemas
y canciones con delicadeza.
Continuaré haciendo ofrendas
a aquél fantasma que reside en mi cabeza.
¿Y nosotros? En otra vida nos veremos, tempus fugit, amada mía.