FilosofíaLiteraturaPsicología

Acá me encuentro

De nuevo, acá me encuentro, después de mucho tiempo de haber dejado este pasatiempo.

Vuelvo, porque me he encontrado derrotado estos días donde las victorias me han ignorado.

Me siento un ser defectuoso al momento de hacer, no puedo levantarme y ser yo, no puedo satisfacer mis deseos porque me impido caer en la tentación de mejorar, porque no me es suficiente conmigo sólo. Nunca me dejes solo, porque en el momento que pasará volveré hacia atrás, hacia mi coraza rota de la que pude escapar, pero no importa que se encuentre casi a la mitad, porque podría dar los pasos suficientes para volver a entrar, resguardarme en ella, y cerrar la puerta, cerrarla sin llave en la cerradura, cerrarla sin dejarla abierta, tapar las ventanas con maderas atornilladas, tapar cualquier entrada, no quiero ni que las hormigas encuentren mi mermelada para que se la lleven y me dejen sin nada.

De nuevo me he hecho daño, esta vez es interno, no se ha derramado sangre, pero sí lágrimas en el suelo, no quiero escuchar pájaros ni sonidos de animales muertos, no quiero oír tu voz, ni cómo suena tu reloj, sólo el maldito silencio; no quiero ser juzgado, júzguenme que yo no juzgo, pero cuando pregunten mi opinión, ni olvido ni perdón, soy una pizarra en blanco que registra tus gestos de decepción.

Podría perderme en la jungla y convertirme en el rey de la misma y no sería suficiente para recibir tus palabras bonitas, qué tanto te cuesta, ¿no hay nada que yo haga que no te molesta?, no es bonito lo que pienso, pero peor es lo que me demuestras, si pudieras entrar en mi cabeza, cuántas horas aguantarías, te meterías a un concierto a escuchar cualquier melodía y no escuchar los pensamientos que nacen desde un ser siniestro, un genio maligno me hace confundirme, me ilusiona con lo que percibo a través de los sentidos, pero voy a redimirme, haré algo justo ahora, dormiré temprano, me levantaré a escuchar las aves, me cocinaré algo, y disfrutaré de la presencia de la muerte tocando mi puerta, a vos tampoco te dejo pasar maldita mierda, sólo ilusiones dejas, ¿no te das cuenta que tengo una muerte infinita como para abandonar un par de años en la Tierra?, andate de mi casa, de mi hogar, mi dulce hogar que está lleno de tierra, de hormigueros, se me ha destapado lo tapado, han entrado, y mi suelo han proclamado, no puedo caminar descalzo, son como clavos de hierro, qué horrible sensación, mejor me duermo tarde y mañana a la tarde me quedo en mi habitación, me quedaré en la cama tapado sin destaparme, porque es el único lugar donde realmente me siento yo.

Matias Giordano

No escribo por escribir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *