Hojas juntadas

justo que pensaba en vos cayó el verano

voy a estar en el aire acondicionado solo

pensaba en vos que pensás

en mí así como un agujero feo

pensaba en vos y quemé la sábana

el hueco marrón astillado como un culito

dejó la brasa justo en vos nena, y vino sergio

hablamos de las rajaduras esas como valles que hay

en la lengua de las personas

de un mapa viejo de bahía blanca

del sonido que antes hacía el hammond


“he is a policeman, not a fairy” dice

el comisario. todos somos haditas

y somos tan brutos como un policía.

hay que golpear al irlandés, que le

tenemos miedo ¿qué fue eso? ¿qué

pasa cuando un nacionalista nos

pone una bomba donde no sabíamos?

¿qué mierda querrá ese irlandés?

¿ese pelirrojo es más nacionalista o

menos que nosotros? claro que todos

-irlandeses o no- tenemos un poco

de estrés postraumático. el golpe

ha de venir de cualquier lado y

después vemos qué hacemos con él


las rajaduras esas como valles que hay

en la lengua de las personas ¿cuánto y

cómo afectan lo que esa persona va a

decir? dirán que esto parece un texto

de mario ortiz en el que el encuentro

con rajaduras de la lengua o televisores

tirados por ahí en los yuyos va a decir

algo que trasciende semejante fortuito

momento que tal vez coincida con algo

más abstracto que la carcasa de un philco

no sé digo que hablo y las lenguas

mías o de otros dan miedo en su valles

que son en picada o en toda esa baba

que se suelta y digo que nada pero nada

merece ni ha mercido nuestra confianza


shunko era la novelita que nos hizo

leer la maestra de quinto y en una parte

decía porongo algo como “miski porongo

dulce” y eso que no era literatura, sin

duda conmovía a los pibes. el porongo

no podía ser un mate en quechua más bien

era una pija más bien gorda. pero si shunko

la chupaba ahí delante de nosotros delante

incluso de nosotros y de las chicas ese mate

dulce ya no era ni mate ni pija y esa línea

producía un efecto poético masivo en el aula

a pesar de las intenciones didácticas del autor


alguien persigue un rato su intuición

todos persiguen un rato su intuición

la intuición está hecha de cosas que

viste pero no pensaste con tu cabeza

pero están ahí y entonces se alimentan

se fortalecen no hay nada parecido

a un camino el espacio se abre quizá

frente a la voz y al cuerpo y suponte

que masomenos responde a algo que

no era lo que pedía toda esa pregunta

no hay otra cosa que la espléndida

monotonía del espíritu chocando una

pared blanca y por eso la inacabable

variación de los dolores o acaso la

necesidá de hacer algo con eso real

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio