Los análisis políticos-históricos comparativos guardan en su esencia la posibilidad de cometer errores de valoración al soslayar el contexto propio de cada momento/hecho particular, y por ende, de realizar juicios extemporáneos (inconmensurables en el sentido de Thomas Kuhn). De manera inusual, la pandemia del COVID-19 puso a prueba simultáneamente a todos los sistemas políticos del mundo, convirtiéndose en una oportunidad testigo para analizar las posturas ideológicas y el rol del Estado frente al virus. La expansión de esta enfermedad en pocos meses por todo el planeta interpeló a ciudadanos y dirigentes políticos casi al unísono.
Antes de desarrollar las ideas principales del escrito, deberemos aceptar algunas premisas como válidas: a) todos somos pasibles de contraer el virus COVID-19 y ser agentes multiplicadores de la enfermedad, de modo que nuestros actos pueden afectar la vida de otros; b) frente a la ausencia de vacunas, la única forma de evitar/minimizar el contagio es la prevención (uso de tapabocas, aislando preventivo, higiene personal, etc.) y c) los gobiernos de países democráticos deben velar por el bienestar de toda su población. Bajo estas condiciones sanitarias inéditas para nuestra sociedad, cabe hacer algunas reflexiones en relación con el manejo de la pandemia: ¿las libertades personales se encuentran por sobre todos los demás derechos? o ¿el bien común y el cuidado del prójimo son más importantes que las libertades individuales?, ¿la muerte de algunas personas es un costo que se debe pagar para mantener la actividad económica de una región/país? o ¿la salud de la ciudadanía debe primar por sobre la economía? ¿el Estado debe asumir un rol protagónico frente a esta situación de emergencia o intervenir lo menos posible?. Estos “dilemas pandémicos” incluyen adrede valores y conceptos que definen ciertas afinidades ideológicas (libertad, economía, derechos, bien común, Estado). Antes de abordar todos los matices, siempre es más sencillo comenzar por los extremos para comprender las posiciones antagónicas: los sectores liberales tienden a considerar que la libertad de cada persona se encuentra por encima de otras valoraciones, relativizando el rol del estado en la gestión social; por su parte, los sectores progresistas suelen anteponer el beneficio común por sobre las particularidades, delegando en el Estado la responsabilidad de velar por bienestar general. Esta dicotomía entre ópticas liberales y progresistas quedó de manifiesto como pocas veces antes frente a un mismo acontecimiento en todo el mundo durante la pandemia del COVID-19, ya que la libre circulación de las personas nunca había sido peligrosa para los demás y la economía mundial no había colapsado por aspectos sanitarios.
Los actuales gobiernos de corte liberal, como los de Estados Unidos y Brasil, minimizaron los efectos de la pandemia1,2, se rehusaron a seguir los consejos de las autoridades sanitarias mundiales y promovieron el uso de tratamientos sanitarios no autorizados3,4. Estas decisiones tuvieron su razón en que el aislamiento preventivo y obligatorio fue considerado una medida nociva para las libertades personales, autoritaria y dañina para las democracias, ya que no permitía circular por la vía pública, viajar libremente o profesar una religión. Estas posturas de presidentes como Donald Trump y Jair Bolsonaro, condujeron a que ellos mismos contraigan la enfermedad y sus países fueran récord de casos positivos5. Esta situación tuvo fuerte injerencia en la última elección presidencial entre Trump-Biden6, ya que el candidato demócrata se manifestó mucho más preocupado por la enfermedad y los cuidados personales necesarios para reducir los contagios.
Por el contrario, los países con gobiernos de afinidad progresista trataron de cumplir con las recomendaciones de aislamiento/distanciamiento social preventivo, prohibiendo reuniones sociales/culturales y actividades educativas presenciales. El argumento de estas medidas fue que la salud del conjunto de la población se anteponía a los derechos individuales o a la economía. Este fue el caso de Argentina, donde el presidente Alberto Fernández impulsó medidas preventivas en todo el país7 y trató de ampliar/mejorar el sistema sanitario nacional con el fin de asegurar tratamiento médico a todo habitante que así lo requiera8; al mismo tiempo buscó alternativas para evitar mayores daños en la economía (ej. programas Ingreso Familiar de Emergencia y Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción9). Estas medidas fueron consideradas autoritarias y dañinas por una parte de la oposición10 y de la población, con numerosas marchas de protesta en distintos puntos del país11,12,13.
Sin embargo, aquí subyace una falsa dicotomía. Cuando discutimos sobre el rol que el Estado debería tener en la vida de los países democráticos, suelen obviarse algunos aspectos que enriquecen o ponen en jaque el debate. No se trata solamente de elegir entre gobiernos que impulsan un estado con más o menos presencia/injerencia según nuestra preferencia ideológica, sino de analizar antes la realidad de cada caso. En los países donde la desigualdad y la distribución de la riqueza muestran fuertes inequidades sociales, las personas no tienen las mismas oportunidades de vivienda, alimentación, salud, educación, etc. Esto hace que, frente a un problema sanitario de magnitud mundial, la ausencia/presencia del estado es la que marca la diferencia para este segmento de la población. Por ejemplo, si una de las medidas preventivas más importantes para evitar el contagio de COVID-19 es el lavado frecuente de las manos, las personas que no cuentan con red de agua potable en su casa se encuentran más vulnerables a la enfermedad. Por ello, cuando hablamos de libertades personales, asumimos de ante mano que están satisfechas todas las necesidades básicas de la población, lo cual no siempre es cierto.
De este modo, el discurso en defensa de las libertades individuales invisibiliza a priori la problemática de la fracción más pobre de la población, que de forma fáctica no tiene acceso a los servicios más elementales. El segmento social más castigado no tuvo ni tiene los derechos que se establecen en las constituciones de la mayoría de los países subdesarrollados, de manera que resulta absurdo discutir si tienen derecho a viajar al exterior en un contexto de pandemia. Es particularmente llamativo que durante los momentos previos a la pandemia, no se instaló la discusión los derechos de las minorías, pobres y refugiados con la misma fuerza que hoy se discuten los derechos individuales. ¿Será que tenemos tan internalizadas las desigualdades sociales que no somos capaces de reparar en esto?. La pandemia dejó de manifiesto que algunos gobernantes incumplen la premisa de velar por el bienestar de toda su población cuando sostienen las libertades individuales por encima de las desigualdades sociales pre-existentes.
1-Trump minimizó al coronavirus, mientras los médicos monitorean su salud (Telam, 06/10/2020).
2-Bolsonaro minimiza la gravedad de la pandemia y usa insulto homófobo (CNN Español, 11/11/2020).
3-Bolsonaro se considera la prueba viviente de la eficacia de la cloroquina (Telam, 13/08/2020).
4-Coronavirus en EE.UU.: Trump sugiere inyectar desinfectante a los enfermos para al matar al virus (Clarin, 24/04/2020).
5-Coronavirus en EE.UU. y Brasil: 3 semejanzas entre los dos países con más casos y muertes por covid-19 (BBC News, 03/07/2020).
6-Elecciones en Estados Unidos: cómo el coronavirus desmoronó la estrategia electoral de Trump y fortaleció a Biden al tapar sus debilidades (BBC News, 06/08/2020).
7-Alberto Fernández: «A todos nos preocupa la economía pero más nos preocupa la salud de la gente» (Telam, 05/05/2020).
8-Durante la pandemia el sistema de salud argentino aumentó en más del 40% el número de camas de terapia intensiva (Argentina.gov.ar, 31/07/2020).
9-El Gobierno destinó más de $460.000 millones a sostener el IFE y el ATP durante la pandemia (BAE Negocios, 22/11/2020).
10-Mauricio Macri: «Esta cuarentena eterna ha sido muy dañina y sin ningún resultado» (Perfil, 12/10/2020).
11-Protestas en calles de Argentina contra el gobierno y la cuarentena (Infobae, 13/09/2020).
12-Masiva protesta en Argentina contra la cuarentena y el gobierno de Alberto Fernández (LaPoliticaOnline, 20/08/2020).
13-Patricia Bullrich: «El PRO no convoca a la marcha del lunes, pero voy a ir sin romper ninguna regla» (Telam, 15/08/2020).